Un rincón playero para comer tequeños y arepas en cualquier estación del año.
En los últimos años Madrid se transformado en un hogar compartido por locales y oriundos de Venezuela. Para sorpresa de los hosteleros del país sudamericano que se han establecido en la capital española, madrileños y madrileñas disfrutan tanto como los venezolanos de una gastronomía de sabores explosivos.
Y no solo eso: nuestra ciudad encaja perfectamente con el carácter relajado y buenrollero de Venezuela. De esta ecuación ha surgido un resultado delicioso y placentero a partes iguales: Grama Bar, que acaba de abrir un local sorprendente en la calle de la Cruz, 19 (Sol).
Este restaurante y lounge es una apuesta arriesgada por el tránsito de turistas en el centro en busca de tapas, paella y cerveza. Y eso es lo que hace que Grama Bar sea una rara avis de la zona.
En la carta hay algún guiño a la tradición culinaria española, como la parrillada de verduras, pero de momento no se atreven con la fusión: prefieren mantener intacta la esencia venezolana. Y dicha esencia sabe de miedo: arepas, tequeños, cachapitas crujientes, langostinos con salsa sweet chili y tostones de plátano macho verde frito.
Grama Bar, con su filosofía anti-preocupaciones, se planta en medio del ajetreo madrileño como un oasis con arena, cócteles y cocina venezolana donde todo el mundo es invitado a desconectar y sumirse en unas vacaciones improvisadas en una playa caribeña a pocos metros de Sol.
Fotos: Grama Bar