Este texto es el cuarto de una serie de columnas escritas por la autora de la newsletter Too Match en exclusiva para Madrid Secreto. Too Match es un diario de citas fracasadas. Una versión bollera de Sexo en Nueva York, pero en Madrid y, desafortunadamente, con menos sexo. Puedes suscribirte a su newsletter en este enlace.
La Navidad es como los chupitos de Jägger. La versión oficial es que son un invento nazi apenas tolerable tras haber ingerido grandes cantidades de alcohol. Pero una vez llegan hasta ti, no hay cómo decir que no; la presión social vence tus principios, y terminas haciendo cosas que jamás creerías y que te harán levantarte al día siguiente con dispepsia y odiando para siempre los renos y las cruces.
Ni el árbol, ni el belén, ni el vestido de la Pedroche. El crismas navideño por excelencia es la cena de Nochebuena: guirnaldas de espumillón pegadas a las fotos de comunión de tus primxs; ríos de papel de aluminio con figuritas de Lego flotando ahogadas; dátiles con beicon; la eterna contienda entre el racionalismo Bauhaus del cóctel de langostinos con mayonesa y el brutalismo de la macedonia con piña; y tu abuela elogiando a Bertín Osborne mientras tu tío hace un chiste de Perro Sánxe y una voz de fondo zanja con el infalible “haya paz”. Pero si hay algo peor que una Navidad en familia, es una Navidad en Madrid.
La Navidad en Madrid es ese momento del año en el que toda España se pone de acuerdo en que solo hay un Corte Inglés abierto, y está en la calle Preciados. A la peña de otras provincias se les ocurre la brillante idea de conducir cuatrocientos kilómetros para vivir auténticas experiencia castizas, como subir por las escaleras mecánicas del Primark, y el Ayuntamiento se propone inútilmente competir con Vigo por ser la ciudad más epiléptica de España, provocando en consecuencia efectos colaterales sin importancia como el colapso de la línea de metro más transitada de la capital.
El Ayuntamiento se propone inútilmente competir con Vigo por ser la ciudad más epiléptica de España
Mientras tanto, los locales nos relacionamos con el centro como si fuera la zona cero de un desastre nuclear. No es para menos: nieve artificial, vino hirviendo, meninas gigantes con luces estroboscópicas que podrían provocar accidentes de tráfico, perritos calientes de fudtrac a diez pavos, niñxs bailando villancicos cantados por David Bisbal… Al lado de esto, el fin del mundo se antoja un plan tentador.
Si a ti también te ha tocado sobrevivir a este infierno navideño y empiezas a fantasear con la idea de morir aplastada por hordas de duendecillos en Sol, debes saber que hay luces led al final del túnel gracias a esta guía para escapar de la Navidad en Madrid, elaborada por Too match (o sea, yo) para Madrid Secreto. Una selección de rincones secretos y completamente anodinos que te permitirán sobrevivir al apocalipsis sin renunciar a la frenética vida en la capi.
Baños del Corte Inglés de Preciados
Los baños del Corte Inglés de la calle Preciados son el único refugio antinavideño en un kilómetro a la redonda. Cabe recordar que Cortylandia es un área de aludes con alto riesgo de desprendimiento de papás noeles. ¿Por qué te crees que a Julianne Moore le mola tanto el Corte Inglés? ¿Por las camisetas de Formul@ Joven? No, porque en los baños hay jabón, agua fresca y, sobre todo, silencio.
Cines Embajadores
Antes tenían findes de vermú + peli por 6,5€. Ahora tienen domingos de cine clásico. Es un bajón, pero el 29 de diciembre pasan Psicosis y más bajón es tener que escuchar a tu vecino Paco gritando gol cada domingo. No acabes como Norman Bates, ve al cine (aprovecho este espacio para pedir a los cines Embajadores que recuperen la promoción de findes de vermú + peli).
Sucursales de Tecnocasa
Hay algo peor que pasar la Navidad en Madrid, y es buscar piso. Puede que tú seas un Grinch navideño, pero esas corbatas verdes son el Grinch del alquiler. Pesadilla antes, durante y después de Navidad. Disponible en varias ubicaciones.
Alrededores del Ángel caído (Retiro)
Escapa de la Navidad y haz cruising: 2 en 1.
Oficinas de la Agencia tributaria
Separadores de metacrilato, archivadores rellenos del Modelo 130… No es el purgatorio, es la sala de espera de la Agencia Tributaria. Aquí no hay villancicos, solo folios de requerimientos y autónomos llorando. Disponible en varias ubicaciones.
Si puedes sobrevivir a los monumentos más feos de Europa concentrados en un solo parque, puedes sobrevivir a la Navidad. ¡Ponte a prueba! En el mapa no aparece su ubicación real porque está a tomar por culo a la derecha.
Museo Arqueológico
En la planta 0 tienes un recorrido por la Prehistoria, y entonces no existía la Navidad. Regresa a tus orígenes. De nada.
Metro Diego de León
La Línea 6 de Metro es el infierno, y en el infierno no hay Navidad.
La casa de las carcasas
Puede que necesites estar sola, y en La casa de las carcasas nunca hay ni dios. Al fin, noche de paz. Disponible en varias ubicaciones.
Fotomatón Nuevos Ministerios
Si hubiera un portal que pudiera conectarnos con otro lugar en el espacio-tiempo, estaría en un fotomatón. Y a unas malas si no funciona aprovechas y te sacas las fotos para el DNI. Siéntete como Amélie en su versión más hater.
Búnker del Parque del Oeste
En noviembre de 1936 el Batallón Zapadores Nº7 lo usó para defender Ciudad Universitaria de las tropas de Franco. Después hizo las veces de retrete para palomas. Hoy puedes ser tú la protagonista de tu propia guerra contra el espíritu navideño.
Cafetería cuqui sin gentrificar en Malasaña
Sí, has leído bien. Una cafetería no gentrificada en Malasaña. Suena a oxímoron, pero es real, Y CUQUI. ¿La única? Puede ser. Una joya viejuna detenida en el tiempo con cócteles con nombre de prostíbulo y cuyo nombre no desvelaré, que me la gentrificas. Ya tienes plan antinavideño: buscarla.
Restaurante ten ten pie shahla
He leído que en Irán no celebran la Navidad, y esto es un restaurante iraní con 503 reseñas en Google, 4,8 estrellas y un €. Qué más quieres.
Un rocódromo
Hay emociones casi tan fuertes como hablar con tu cuñado en la cena de Nochebuena, y un deporte que se ha puesto de moda y que puedes practicar para vivirlas. ¿El pádel? He dicho deportes.
Hay tropecientos rocódromos por todo Madrid, pero el de Chamberí abre en unos días y lo puedes estrenar. Nada tan efectivo como temer por tu integridad física colgada de un muro a veinte metros de altura para olvidarte que es Navidad.
Ho-ho-ho. Ha llegado la hora de poner en práctica la guía. Busca tu escondite y siéntete como Indiana Jones camino a la libertad.