Ser turista y darle la misma importancia a la visita a un supermercado local que a una catedral neogótica. Una tendencia recurrente en TikTok o en Twitter (ahora X) remite a esa vertiente adulta. El supermercado como espejo de la civilización y como lugar en el que o al que excursionar.
Costco, el hipermercado estadounidense que ya se ha consolidado en Madrid, representa bien esa realidad que apela también a la globalización. El manido y clásico cliché de viajar a un sitio sin salir de otro sitio está aquí representado: ir a un clásico Walmart estadounidense sin salir de Getafe.
El éxito de este hipermercado nace de un modelo complejo. Un potencial comprador no puede entrar del mismo modo que entraría en el Mercadona, sino que está obligado a pagar una cuota anual de 36,3 euros (para clientes particulares) o 30,25 euros (para empresas y trabajadores autónomos).
Al cruzar sus puertas, lo que se encuentra el cliente son productos de ahorro en grandes formatos –algo con lo que puede estar familiarizado el comprador español gracias a espacios como Makro–: bolsas de gominola de kilo y medio o paquetes de aperitivos de cinco kilos.
No solo eso, sino que en Costco también puedes encontrar desde muebles a productos de jardinería. De productos ópticos hasta neumáticos pasando por muebles o audífonos.
Costco, un hipermercado de moda
O su famoso perrito caliente. En otro modelo de negocio que se puede emparentar con el de Ikea, Costco ofrece también una funcionalidad gastronómica. Un vídeo reciente del influencer gastronómico Peldanyos habla de sus perritos calientes –que se venden a 1,5€ e incluyen barra libre de bebida.
Costco tiene alrededor de 800 almacenes repartidos por todo el mundo, pero la mayoría de sus hipermercados están en Norteamerica (552 tiendas en EE UU, 101 en Canadá y 39 en México).
Apenas le ha bastado una presencia de diez años en España –abrió su primer almacén en Sevilla en 2014– para consolidarse como uno de los supermercados mejor valorados en el país, según una encuesta de la OCU. Costco tiene dos tiendas en Madrid, que abrieron en 2015 y en 2020 respectivamente y que están en Las Rozas (calle Innovación, 19) y en Getafe (calle de Agustín de Betancourt, 17).
En las últimas semanas se ha incrementado el número de usuarios que visitan sus tiendas y lo cuentan en sus redes sociales. Y al mismo tiempo se ha avivado la polémica al respecto de una característica eminente a los productos estadounidenses: la cuestión hipercalórica y la palabra comida basura aparece frecuentemente en los comentarios de cualquiera de las publicaciones al respecto.
Parte del éxito o del hecho de que esté tan en boga se puede vincular con la expansión fulgurante de la marca a lo ancho y largo de todo el territorio español. Las tiendas de Sestao, Zaragoza, Málaga, Valencia o Siero (Asturias) están a punto de ser una realidad.