Los conductores de autobús de la ciudad de Madrid se movilizan por medio de una huelga de 24 horas convocada para el 3 de diciembre y paros de dos horas durante cinco jornadas: los días 22, 25, 27 y 29 de noviembre en turno de mañana, tarde y noche.
El motivo de la protesta radica en la falta de personal acusada por la plantilla de la Empresa Municipal de Transportes. Los trabajadores piden la incorporación inmediata de los 200 nuevos empleados ya aprobados y con el reconocimiento médico realizado que el Ayuntamiento de Madrid había determinado contratar para cubrir la demanda de viajeros. El personal de la EMT demanda también la contratación de entre 400 y 500 efectivos el año que viene para solventar la carencia de servicios diarios.
Comisiones Obreras denuncia que hay 100 autobuses menos circulando en Madrid, lo que se traduce en la suspensión de 350 turnos y el correspondiente aumento de las esperas de los pasajeros. La situación se recrudece, además, por el cierre de la línea 4 del metro.
El fantasma de la privatización del transporte público sobrevuela también esta movilización de la EMT, después de que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, planteara revertir la municipalización de servicios efectuada por el anterior gobierno local (aunque, posteriormente, indicó que solo se está estudiando privatizar Bicimad y el Teleférico). La reciente privatización de Naviluz, el autobús de la Navidad, no ha contribuido a aliviar la tensión.
Una huelga de transporte tras otra
La reacción inicial ante la huelga del Ayuntamiento fue de rechazo. Inmaculada Sanz, portavoz de la Junta de Gobierno, calificó esta movilización como «política, preventiva e injustificada» y declaró desconocer la «excusa» para llamar a la huelga. La edil insistió en recordar que la EMT no se va a privatizar.
Borja Carabante, delegado de Medioambiente y Movilidad (y anterior delegado de Metro de Madrid), también tildó la protesta de «injustificada y política» y se niega a reunirse con los trabajadores mientras la convocatoria de huelga siga en pie.
El comité de empresa de la EMT ha celebrado una asamblea en la que ha confirmado la continuidad de la huelga ante la ausencia de negociaciones. José Luis Martínez Almeida, alcalde de la ciudad de Madrid, ha asegurado que el año que viene se contratará a 250 trabajadores para la EMT y ha pedido que el comité «reflexione».
La protesta de la EMT llega tan solo unas semanas después de la huelga en todas las líneas de Metro de Madrid celebrada el día del centenario del suburbano y afectará a la celebración de la cumbre del clima en la capital. A diferencia de la empresa suburbana, que es competencia de la Comunidad, la EMT depende del Ayuntamiento de Madrid.
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