Si uno se sienta a la mesa de Hutong y pide el pato laqueado estilo Pekín es posible que caiga la pregunta: “¿Y cómo lo hacéis?”. En ese supuesto, la respuesta de la maitre o del cocinero se extendería muy posiblemente hasta los cafés. El pato que estarías a punto de comerte se hace en 24 horas y sigue 18 pasos. Hay que macerarlo, escaldarlo, rellenarlo, hornearlo.
Lo peor de todo es que la explicación de poco le serviría al atento comensal porque si lo quisiera hacer en su casa le faltaría algo fundamental: el horno de piedra refractaria. Y es que Hutong tiene a su misma entrada este horno único en España (entre otras cosas por ser hecho a mano).
El pato laqueado estilo Pekín, dicho sea de paso, es lo último que te llega a la mesa si te pides el menú degustación de pato (32€ por persona, por cierto, e incluye 5 platos, café, postre y bebida). Antes te habrían llegado, por ejemplo, los dim sum. Orfebrerías de la gastronomía china tradicional que nada tienen que ver con los dim sum de buffet libre. Cosa que se nota especialmente en el de gamba y en concreto en el hecho de que ésta no es congelada.
La carta de Hutong es extensísima y la acción de decidir es siempre un calvario: uno saliva y afila sus dientes ante cada línea de la propia carta. En cualquier caso, debería ser de obligado cumplimiento la orden de pedir la berenjena china (cocinada en cualquiera de sus formas). Un espectáculo.
Hutong, por otro lado, es un restaurante nuevo pero viejo. Si en 2019 su especialidad era la comida de Sichuan, en 2021 el giro ha sido mínimo. Un ligero enderezamiento, un cambio de rumbo hacia una apuesta segura: la comida imperial. Y lo cierto es que el viraje no les ha salido nada mal.
Calle de Lagasca, 81.
Alrededor de 25€.
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