Si en el último año han tenido a bien pasear por Chueca, habrán visto cómo grupos numerosos de personas se arremolinan alrededor de un olor ciertamente apetecible. Lo más probable es que quizás más tarde se hayan sorprendido al ver que no (solo) es la apetecibilidad del olor lo que causa esta congregación de fieles. El motivo por el que la gente hace cola (los dobles sentidos siempre se filtran en este tipo de artículos) es otro: en Gravina, 3 hacen gofres (y ahora también polos) con forma de pene.
El concepto de negocio de la Pollería no conoce precedentes, pero a partir del 24 de julio (fecha en que lo enseñarán) sabremos cómo será el equivalente femenino. Dicho a las claras: llega a Chueca la Coñería y no es coña (sic). Concretamente llega a la plaza de Chueca.
Pedro Buerbaum, de 24 años y de Tenerife, es el culpable de que un porcentaje considerable de los paseantes de Chueca lleven en su mano un gofre con forma de pene. Y él mismo también será el culpable de que en muy poco tiempo, otro porcentaje presumiblemente igual de alto vaya a andar con un gofre con forma de vulva.