El final del verano ha supuesto una vuelta moderada a lo que hace a principios de 2020 llamábamos normalidad. Si en estos meses nos hemos acostumbrado a que se eliminen las restricciones de aforo en interiores, a que la mascarilla no sea obligatoria en exteriores o a que no existan limitaciones en lo relativo al ocio nocturno, es cuestión de tiempo que retomemos también tradiciones prepandémicas como, por ejemplo, las campanadas en la Puerta del Sol.
Madrid volverá a celebrar las tradicionales campanadas en el lugar en el que por antonomasia se celebran: la Puerta del Sol. Así lo ha podido saber el diario ABC, quien asegura que, según declaraciones de Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, el de las campanadas en Puerta del Sol es el escenario que contemplan las autoridades sanitarias.
Las Navidades de 2020 fueron las más extrañas de nuestras vidas: plagadas de incertidumbre y llenas de limitaciones y ausencias donde antes hubo francachelas. Con la Puerta del Sol vacía (a excepción de un concierto de Nacho Cano), las limitaciones llegaron hasta el interior de los hogares, donde seis era el máximo de personas que se podían citar. Este año la situación será muy otra y los 12 segundos previos a 2022 se podrán volver a disfrutar en el kilómetro cero de España.
¿Por qué se celebran las campanadas en Sol?
La tradición se inició como una protesta: en 1892, José Abascal, entonces alcalde de Madrid, decretó que se multaría con 5 pesetas a quienes armasen escándalos la víspera del día de los Reyes Magos. Así, en desacuerdo y desacatados, las clases bajas –quejándose de que la aristocracia sí pudiera celebrar– decidieron celebrar la llegada del año nuevo el 5 de enero armando todo el bullicio posible.
La primera constancia de la celebración de las campanadas en la Puerta del Sol data de 1906, porque antes se celebraba en cualquier sitio que se preciara. No era una costumbre por aquel entonces y se trataba, de hecho, de un acto que sorprendía a quienes pasaban por la plaza, pero poco a poco se incorporaron miembros de todas las clases sociales y dejó de celebrarse el 5 de enero para tener lugar el 31 de diciembre.
El hecho de acompañarla con uvas está ligada a un excedente de uvas que tuvo lugar en 1909. Ambas cuestiones (uvas y protestas) se amalgamaron y en 1962 fueron televisadas por primera vez. A partir de ahí, el resto es historia.