La primavera se abre paso a buen ritmo después de una Semana Santa fría, ventosa y pasada por agua. Da gusto ver al sol brillar en el cielo y a las plantas florecer, como le ha pasado a la Rosaleda del Parque del Oeste, que se ha cubierto de rosas amarillas y blancas.
Se trata de una variedad de rosa que solo florece una vez, y ahora que acaban de nacer están en su momento de máxima belleza. Cuesta creer que empezaron a salir antes de Semana Santa y que sobrevivieron a tales trombas de agua. Está claro: lo que no te mata, te hace más fuerte. Que se lo digan al cactus que agoniza en mi habitación.
Métete bajo las pérgolas de la Rosaleda y observa las rosas blancas y amarillas por debajo: se está fresquito y el panorama es de lo más romántico que ofrece la capital (de hecho, es un lugar maravilloso para dar el primer beso). Ya que estás, tómate un momento para procesar que algunos de estos rosales se plantaron en 1956.
Dicen los expertos del Ayuntamiento que las rosas durarán 10 o 15 días en este estado, como le pasa a los almendros en flor, que vinieron tan rápido como se marcharon. ¡Corre a ver la Rosaleda antes de que sea tarde!
Fotos: Ayuntamiento de Madrid