Hay lugares que, al describirlos, podrían parecer más bien sacados de la imaginación que de la propia realidad. Sería el caso, por ejemplo, de un paisaje natural formado por siete lagunas donde el agua de cada una de ellas fuese de un color diferente: azul, negro, verde o blanco. Una descripción así podría parecer fruto de la imaginación, pero nada más lejos (o más cerca) de la realidad: ese paisaje existe, está en la provincia de Cuenca y no es otro que el Monumento Natural Lagunas de Cañada del Hoyo.
El municipio de Cañada del Hoyo, con un censo de apenas 224 habitantes en 2021, es el municipio conquense que alberga este entorno único de 280 hectáreas, declarado Monumento Natural en el año 2007 por su «gran singularidad e importancia a nivel nacional». Las lagunas son, más concretamente, dolinas o torcas de origen kárstico: es decir, grandes depresiones de forma circular.
Según la Red de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha, se trata de «ecosistemas frágiles» en los que se pueden encontrar desde plancton o aves hasta anfibios y reptiles, entre los que se encuentran ejemplares de especies amenazadas como el galápago europeo. En el interior de las torcas, además, hay variedades de especies vegetales como arces, tejos o quejigo, y a su alrededor amplios bosques de pinos y sabinas.
Siete lagunas de siete colores diferentes
Como decíamos, una de las características más peculiares de este paisaje tiene que ver con el hecho de que el agua de cada una de ellas es de un color diferente. Esto ha provocado que se realicen numerosos estudios científicos al respecto, concluyendo que lo que explica este fenómeno «tiene que ver con la composición minero-vegetal de sus fondos«, en los que están presentes microorganismos únicos.
Cada una de las lagunas recibe un nombre diferente, a saber:
- Laguna de la Cruz o de la Gitana, con aguas de apariencia verde.
- Laguna del Tejo. Es la más profunda de todas, con 32 metros, y aguas de apariencia de color azul.
- Lagunillo del Tejo, con aguas de apariencia de color negro. En ocasiones, como en el otoño-invierno de 2018 y 2020, se volvieron de color púrpura, ya que «bajo determinadas condiciones de luz, temperatura y nutrientes, las bacterias fotosintéticas del azufre pueden formar crecimientos masivos en la superficie», dándole ese color.
- Laguna de la Parra
- Laguna de la Llana
- Laguna de las Tortugas, con una profundidad de 4 metros.
- Laguna de las Cadenillas
Las tres primeras, de titularidad pública, se pueden visitar libremente y un sendero accesible a todos los públicos permite acceder a ellas. El resto de ellas son de titularidad privada y para visitarlas es necesario concertar una cita para su visita. Se puede consultar más información en este enlace.
Tanto la primavera como el otoño y el verano son buenas épocas para visitar las lagunas, pero si se acude durante el periodo estival se tendrá la oportunidad de observar otro fenómeno: cuando la temperatura del agua es muy alta, durante unos pocos días al año se puede ver cómo en algunas de las lagunas el color del agua se vuelve blanco lechoso.
Cómo ir a Cañada del Hoyo desde Madrid
La distancia que separa Madrid de Cañada del Hoyo es de 227 kilómetros, que se pueden realizar en un trayecto aproximado de 2h y 50 minutos en coche. Para acceder a las lagunas, debe hacerse desde la CUV-9142, a 4,2 kilómetros del pueblo de Cañada del Hoyo.
Una vez en el pueblo se llega hasta un cruce en el que habrá que tomar la carretera de nuestra derecha y, después de recorrer 1,2 kilómetros, se llegará al paraje donde se encuentran las tres lagunas visitables y empieza una pista de tierra.
El lugar dispone de aparcamiento y ofrece también la posibilidad de realizar visitas guiadas para centros docentes y asociaciones sin ánimo de lucro.