Puede que este sea el agosto más silencioso que se recuerde en Madrid. El vacío que dejan quienes cambian la ciudad por la playa, como todos los años, se nota más este verano en el que no se oye el alboroto de nuestras fiestas populares, suspendidas por la crisis sanitaria.
La ausencia de música, conversaciones a todo trapo y carcajadas en los rincones contrastan con el aspecto de las calles de Lavapiés, que sí están decoradas para las fiestas: los vecinos han decidido poner el barrio de gala vistiéndolo con flores, guirnaldas y pañuelos de colores por San Cayetano. Los muñecos de manolos y chulapas este año suman a sus trajes una mascarilla.
Las calles del Oso, Amparo, Tribulete, Zurita y Doctor del Piga lucen la decoración verbenera, un atuendo que ya llevaron durante la cuarentena, para levantar el ánimo de los madrileños que este año se han quedado sin sus fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma.
Habrá que esperar al año que viene para celebrar las verbenas madrileñas. Mientras tanto, el presupuesto de las fiestas se destinará a ayuda social, según informa Newtral.es, al igual que se ha hecho en Leganés.
Foto: @ego8284