Eres de Madrid si presumes de agua del grifo allí donde vas, sea a la China rural o a la provincia de al lado. Si lloras por no poder llevar un poco de este elixir divino en un avión. Si te hierve la sangre cuando las circunstancias te obligan a comprar una botella.
Tu pasión por el H2O de la capital está respaldada por la ciencia. Dice la OCU, secundada por otros estudios, que el agua de Madrid está entre las cinco mejores de España, acompañada por la de otras ciudades como Burgos, Vigo y San Sebastián.
Que esté tan buena tiene explicación: nuestra agua procede de la alta montaña y discurre por el granito de la sierra de Guadarrama. Esta roca gloriosa no se descompone fácilmente al mojarla, lo que impide que el agua arrastre materiales a su paso. El resultado: llega a los grifos urbanitas sin cal, con muy pocas sales minerales y un sabor de lujo.
Nuestro amor por el líquido más básico de la Tierra nos ha llevado a empezar la instalación de 284 fuentes nuevas en todos los distritos, con lo que nos acercaremos a las 2.000 fuentes públicas en la ciudad.
Nada sienta mejor que servirse de datos empíricos para zanjar una discusión. Bueno, sí: subrayar el zasca con un sorbito de agua del grifo en una terraza de Madrid.