Los patinetes de la discordia vuelven a la capital tras su retirada en diciembre.
Son veloces, prácticos y más ecológicos que un coche, pero menos que una bicicleta. Y cada vez que salen en una conversación, las posibilidades de atascarse en un debate sin salida se multiplican. Los patinetes eléctricos llevan dando guerra en Madrid desde que llegaron.
Su aterrizaje fue más bien accidentado: aunque muy pronto empezamos a ver a jóvenes y no tan jóvenes surcando la ciudad sobre dos ruedas conectadas a un pequeño motor, los patinetes fueron expulsados en diciembre a la espera de que el Ayuntamiento dictara una normativa específica para ellos.
Por suerte, esta regulación no se ahogado en el océano infinito de la burocracia. La Ordenanza de Movilidad del Ayuntamiento ha determinado que habrá unos 10.000 patinetes gestionados por varias empresas seleccionadas entre un total de 25 solicitantes. Esta cifra solo roza el 10% de los 101.951 vehículos que querían introducir las compañías.
La misma normativa exige que los patinetes se repartan proporcionalmente por los 21 distritos de la capital para equilibrar su uso y que así no haya zonas ni saturadas ni despobladas. En el centro se calcula que habrá 360 patinetes.
En un par de meses los patinetes eléctricos volverán a las calles y la Liga de los Apartinetes tendrá que ponerse manos a la obra para quitar de en medio los vehículos mal aparcados.
Foto de portada: Al Momento México