
El transporte del futuro se inventó hace más de 200 años. En Francia se han prohibido los vuelos nacionales cortos que se puedan sustituir por un viaje en tren y en España cada vez hay más agentes que entran en el recientemente liberalizado sector. Y el reto de los próximos años pasa ahora por conectar eficazmente Madrid con el resto de Europa.
Y si era Iryo quien lanzaba el órdago de querer conectar Madrid con París e Italia en 2024, ahora es el turno de Renfe, que acaba de obtener el certificado de seguridad que le permite conectar Madrid y Barcelona con Francia.
La Agencia Ferroviaria Europea le ha dado a Renfe los permisos necesarios para operar en la línea que conecta Madrid con Marsella y Barcelona con Lyon. Tanto es así que en apenas dos semanas (el 16 de enero) empezarán las “marchas en blanco”, una fase de pruebas relacionada con la formación del personal ferroviario y la certificación de calidad del servicio.
Las frecuencias de trayecto se dividirán en dos fases. La primera contará con doce circulaciones semanales (seis para Madrid y Marsella y otras seis para Barcelona y Lyon: ambas en días alternos). Y en la segunda fase, todos los días de la semana y dos veces al día.
La polémica entre Francia y España
La liberalización del sector ferroviario en España ha llegado aparejada de la entrada en juego de dos actores: Iryo y Ouigo. El método de acceso a las licencias en nuestro país (donde se reciben permisos para la totalidad del territorio) es más sencillo que, por ejemplo, en Francia, dado que en el país galo es necesario obtener un certificado de seguridad en cada línea en la que se opera.
Y eso es lo que ha obtenido recientemente Renfe, que ya ofrecía servicios para la conexión entre Francia y España. Esta conexión expiró en diciembre del año pasado después de que la compañía estatal francesa SNCF decidiera no renovar el acuerdo con Renfe, que permitía conectar ambos países y que estaba vigente desde 2013.