El 2020 no nos traerá coches voladores, androides ni ninguna máquina de teletransporte. La revolución tecnológica actual es más humilde y menos puntera de lo que nos gustaría, pero al menos han empezado a llegar a Madrid las papeleras inteligentes. Ciudades europeas como Ámsterdam, Dublín, Praga y Viena ya las han instalado en sus vías públicas.
El Ayuntamiento de Madrid ha empezado esta semana a instalar los 1.300 contenedores de residuos 2.0. que se repartirán por la capital hasta octubre. Como ya comunicábamos el pasado septiembre, algunas de las claves de estos nuevos dispositivos son las siguientes: funcionan con paneles solares, compactan la basura y tienen sensores volumétricos que avisan al personal de limpieza cuando es necesario vaciar los cubos.
Las papeleras tecnológicas ofrecen varias ventajas más. Por ejemplo, un mayor tamaño: tienen una capacidad de 120 litros que además se multiplica con él prensado de la basura. En su interior cabe ocho veces más contenido que en un recipiente convencional del mismo tamaño.
Además, su abertura se bloquea automáticamente para impedir la introducción de objetos en caso de alerta (actualmente son los operarios quienes deben retirar la papelera al completo si así lo indican las autoridades) y pueden monitorizarse cada hora gracias a un nuevo sistema informático. En las papeleras normales se implementarán otros 6.000 sensores que se irán cambiando de sitio para evaluar las necesidades de cada barrio.
La innovación afectará también a los vehículos de limpieza, que serán ECO y cero emisiones y llevarán un GPS incorporado; y a las bolsas caninas biodegradables, cuyos dispensadores también contarán con sensores de llenado en 2021. El coste de renovar el sistema de gestión de residuos urbanos asciende a 24,4 millones de euros repartidos en cinco anualidades hasta 2024.
Foto de portada: Ayuntamiento de Madrid