Nuestra aclamada cerveza no ha sacado muy buenas notas en esta ocasión.
A los madrileños y madrileñas nos dividen muchas posturas irreconciliables, como el gusto por la tortilla con o sin cebolla o el fanatismo por el Real Madrid o el Atlético. Pero si hay algo que nos une sin condiciones es que defendemos a capa y espada nuestra cerveza regional.
Por eso, presagiamos una avalancha de protestas y revueltas populares (bueno, igual eso no) ante la cata de El Comidista en la que Mahou se ha quedado a las puertas del aprobado.
Se trataba de una cata a ciegas en la que Mikel Rius (director del Barcelona Beer Festival) y Judit Cártex (brewer de Garage Brw & Co.) buscaban la mejor cerveza en lata, deshaciéndose de todo prejuicio al no saber qué marca estaban probando.
La valoración es dura de escuchar. Los jueces coinciden en su excesiva suavidad y escasa presencia del amargor. Tampoco les gusta el aroma a maíz que desprende la cerveza.
Tras unos sorbos de Mahou Clásica de incógnito, Rius opta por un aprobado por los pelos (un 5). Pero el mazazo de Cártex sentencia la condena: un tristón 4 que baja la nota media a 4,5. ¿Resultado? Suspenso sin posibilidad de respesca.
Las comparaciones son odiosas, pero la cerveza favorita del jurado ha sido Estrella Damm, que han valorado con un 6,25. O sea, que la exigencia era más bien alta. Aun así, la cerveza de los gatos ha logrado una dignísima tercera posición.
Desde Madrid Secreto esperamos que los acérrimos defensores de Mahou asuman este mazazo con diligencia y que el orden público se altere lo mínimo posible.