En España el croissant o cruasán, en castellano, ha sufrido variaciones o adaptaciones desde siempre, pero recientemente las nuevas tendencias culinarias han llevado a este clásico de la repostería a adquirir nuevas formas. El croissant mixto es ya un clásico, ahora el bollo típico vienés se da en muchas otras formas: con rellenos dulces, toppings y diferentes sabores en su masa, su nexo en común son las finas capas de hojaldre que lo distinguen.
El cilíndrico o cruffin de Umikobake
Umikobake, la versión pastelera del restaurante japonés del mismo nombre, ha conseguido fusionar la tradición japonesa con la repostería local con tal éxito que su roscón fue premiado como el mejor en las Navidades de 2023. Son muy selectos tanto en sus elaboraciones como en la manera de presentarlo, la sensación al pedir un mochi aquí es como de comprar en una joyería de lujo.
Su último gran éxito es el cruffin, un híbrido entre el cruasán y el muffin. Tiene la finura hojaldrada del primero y la practicidad robusta del segundo.
Calle de los Madrazo, 18, BAJO (Centro)
El NY Roll de Novo Mundo
El NY Roll llegó como una moda y se quedó como uno más entre las nuevas versiones del croissant que puedes encontrar por Madrid. Es un rollo con masa de croissant y forma de rollo de canela que además suele ir relleno con una crema.
En Novo Mundo hacen 300 unidades al día y rara vez queda alguno por la tarde. Gestionan como pueden la alta demanda de New York Rolls en su pequeño obrador en el que también hornean otro tipo de bollos. Han llegado a recibir quejas por lo pronto que se agotan y han tenido que pedir paciencia y comprensión a su clientela a través de sus redes sociales.
Calle del Carnero, 9 (Centro)
El croissant de sabores de PanDomè
Puede que los franceses tengan la fama de bordar los croissants que nacieron en Austria tras la invasión otomana, pero uno de los mejores cruasanes de Madrid lo hace un italiano. Domenico Rosso está al frente de esta panadería en la que todo es artesanal, incluidos sus aclamados panettones y sus croissants. En PanDomè sí mantienen la forma clásica, pero tanto a la masa como al relleno les añade chocolate o pistacho, además de un toque por arriba de ambos.
Calle Doña Urraca, 15 (Mercado de Tirso de Molina) y calle de Martín de Vargas, 6 (Arganzuela)
El cruapan de Estela Hojaldre
Es difícil equivocarse pidiendo algo en Estela Hojaldre, preparan todos sus bollos con mantequilla de Cantabria, y se nota en su técnica principal: el hojaldre, que lleva casi todo lo que venden. Una buena solución para probar su gran éxito es su cruapan, es decir, el pan que hacen con masa de croissant. Es tan grande y consistente que te alegrará las mañanas durante al menos una semana. Tostado y con mermelada es difícil de superar, incluso por cruasanes recién hechos.
Plaza Jesús, 5 (Centro)
El cruasán cuadrado de Clan Obrador
Clan Obrador tiene de los mejores panes y pasteles de Madrid. Nuño García abrió este local en Arganzuela tras ser jefe de pastelería en restaurantes con estrella Michelin nacionales e internacionales. Su versión del croissant no es la fusión de nada, es una nueva propuesta. El cruasán cuadrado que elaboran es tan bonito que da pena partirlo, pero es que dentro va relleno de mezclas tan suculentas como la de coco, mango y maracuyá. El punto perfecto entre mantequilla y mucho dulce.
Calle del Gasómetro, 11 (Arganzuela)