La del tatuaje es una historia de significados y resignificaciones. Obviando la historia antigua –y eso que obviar doce mil años es mucho decir– los cambios de significado del tatuaje a lo largo del siglo XX han sido constantes y –valga la redundancia– significativos.
El fotógrafo Alberto García Alix dijo en una entrevista con JotDown que “en la Brigada Paracaidista fue donde vi los primeros tatuajes. Por la noche miraba con curiosidad cómo se los hacían. Era lo clásico: un palillero y tres agujas, escudos de la Brigada Paracaidista o el amor de madre”.
Esto eran los años 80’ y, aunque el recorrido del tatuaje en Estados Unidos y en otros tantos países había seguido otros derroteros, en España había una relación inmediata entre lo pendenciero y el tatuaje. Y esta es una circunstancia que ha cambiado radicalmente en los últimos años: en parte, consecuencia de las redes sociales y del gran momento que vive la imagen y el culto al cuerpo. Claro que este artículo no pretende ser una revisión historiográfica del tatuaje y los tatuadores, sino una aproximación a aquellos que con más talento desempeñan su trabajo en Madrid.
Al hablar del mundo del tatuaje –como al hablar sobre cualquier arte que se precie– se puede decir erróneamente que sobre gustos no hay nada escrito. Erróneamente porque sobre gustos hay mucho escrito y también una técnica y un canon y un estilo propio pulido con el paso de los años. Por eso, por talento, trayectoria y habilidades estos son los mejores tatuadores de Madrid.
Tabla de contenidos
El Bara – True Love Tattoo
Hace algunos años, El País le colgó el honor de ser “el tatuador más famoso de Madrid”. La palabra fama no hace justicia a la dimensión, estética e importancia de su trabajo. El Bara, que hace tatuaje tradicional americano, es uno de los pocos tatuadores que pueden generar lo que ha venido a ser llamado tattorismo (a saber: un viaje específico a un lugar solo para ser tatuado).
True Love Tattoo (calle Velarde, 22)
Jesús Cuesta – Drama Tattoo
Pocos tatuadores españoles llevan la noción de estilo propio a la excelencia. Y Jesús Cuesta, también ilustrador y colaborador en un diseño de prendas con Latigo, es uno de ellos. Con un imaginario muy cuidado y reconocible (sus satélites, sus bastos, el matiz psicodélico), Jesús Cuesta es uno de los mejores tatuadores de Madrid.
Drama Tattoo (calle Doñana, 5 – Alcorcón)
Sayr135 – Ultrataller
El estilo de Sayr también puede definirse como personalísimo. ¿Matices del tradicional americano? Sí. ¿Inspiraciones del tradicional japonés? También. Las formas, las calaveras, los rasgos faciales o los colores son otra serie de indicativos que invitan a pensar que la peculiaridad del trabajo de Sayr es extraordinaria.
La Dolores – Ultrataller
A caballo entre Valencia y Madrid, el trabajo de La Dolores es netamente tradicional… con la eventual aceptación de detalles –un objeto, un gesto– que invitan a pensar que el tatuaje que estás viendo no se ha hecho en 1940 en Indiana, sino en Madrid en pleno siglo XXI. Puro talento clásico.
Black Sánchez – Chinatown Tattoo
Maestro del realismo. (Casi) nadie en España tatúa hiperrealismo como lo hace él. La atención al detalle casi asusta: no hace tatuajes, hace fotos más reales que muchas fotos. La lista de espera para tatuarse con Black Sánchez es de un año. Pocos datos son más esclarecedores a la hora de hablar de un tatuador con un talento a la altura de muy poca gente.
Chinatown Tattoo (plaza de Carlos III, 1 -Getafe)
Diamond Tattoos – Bowery Tattoo
Es probable que haya una palabra japonesa (tienen definiciones para todo) que defina el placer concreto de ver un tatuaje en otra persona. De existir, esa palabra se podría aplicar a cualquiera de los tatuajes que hace Diamond. Old school con matices, sus rosas, sus águilas, sus mariposas o sus figuras femeninas son dibujos hechos con muchísimo cuidado, talento y personalidad.
Bowery Tattoo (calle del Divino Pastor, 14)
Andrea Losantos – Bowery Tattoo
Andrea Losantos, que comparte estudio con Diamond, tiene muchísima personalidad en el trazo: líneas y líneas separadas por milímetros que crean texturas, ilusiones de movimiento y detalles. Los volúmenes de los cuerpos humanos que hace, la vocación realista del gesto que tatúa o los animales que retrata bien justifican una visita a Bowery Tattoo.
Bowery Tattoo (calle del Divino Pastor, 14)
El Bueno – Cornelius Tattoo y Kimchi Tattoo
La cuestión autoral por bandera y la certeza de que la gente del mundillo diría “es un Bueno” –como si se tratara de un Cézanne– al verlo a dos metros de distancia. ¿Los motivos? Su uso del rojo, las formas sinuosas, las calaveras pseudocómicas y otros muchos matices que permiten reconocer eñ universal y personalísimo Old School de El Bueno.
Cornelius Tattoo (calle del Duque de Sesto, 48)
Kimchi Tattoo (Urgel)
Raro82 – Kimchi Tattoo
Un aka debería servir de spoiler, no siempre es así, pero en el caso de Raro82, hay pocas cosas más ciertas: sus tatuajes son –aquí el spoiler– raros. Un universo chillón, lisérgico, a veces infantil, colorido y fosforescente. Es imposible encontrar a un tatuador con un estilo que se asemeje mínimamente al suyo.
Kimchi Tattoo (Urgel)
Samu Rico – Blessed Art Tattoo
Concluyendo que un perfil de Instagram sirve de portfolio para cualquier profesión de prominencia gráfica, basta con echar un vistazo a la cuenta de Samu Rico para hacerse una idea de cuál es el eje de su trabajo. Realismo, realismo y más realismo. Los ojos de sus tatuajes tienen más vida que los de mucha gente: Florentino Pérez, Kobe Bryan o Gandalf son algunos de los personajes que ha tatuado.
Blessed Art Tattoo (calle Nueva, 74, Aranjuez)