Ya sea por albergar museos como el Prado o el Reina Sofía o por tener más de cien galerías de arte, Madrid es una ciudad ideal para pintores o diletantes de la pintura. Caminando por el distrito Centro, no es difícil encontrar artistas replicando los atardeceres de la Gran Vía sobre un lienzo, o dibujando retratos exprés a paseantes que quieren inmortalizar su paso por allí.
Uno de los lugares que se caracterizan por sus tradiciones artísticas es la plaza Conde de Barajas. Una vez a la semana, el espacio se convierte en una exposición al aire libre. En total, más de cuarenta artistas de la Asociación de Pintores Madrileños Taller Abierto se presentan cada domingo (de 10:00 a 15:00 horas) en este rincón de la capital para convertirlo en un paraíso bohemio lleno de obras únicas: el Mercadillo de los Pintores.
La plaza, situada entre las calles del Madrid de los Austrias, muy cerca del kilómetro 0, acoge puestos como el de Esteban Zamorano, que experimenta con el color y la tinta en sus dibujos surrealistas, o el de Miguel López Mora, con alegres pinturas al óleo que llenarían de vida cualquier salón. Por supuesto, todas las obras del mercadillo se pueden comprar. El precio varía según la obra y son los propios pintores quienes lo determinan.
Los que no conocieran este paradero ya tienen un lugar al que acudir si quieren darle más estilo a sus paredes y estanterías. Un museo efímero que ayuda al comercio local poniendo en valor la obra de pintores nacionales.