Metro de Madrid está inmerso en un proceso de mejora ya no solo de sus instalaciones, sino también de la experiencia de los viajeros en ellas. La primera prueba de ello se puso en marcha hace un par de semanas, con el estreno de nuevos asientos en color verde chillón: una acción para visibilizar los asientos reservados a personas con movilidad reducida, mujeres embarazadas o ancianos. Y en esa misma línea, ahora el suburbano madrileño ha anunciado que empezará a multar a los viajeros que no dejen salir antes de entrar en los trenes de la red.
La medida entrará en vigor a lo largo de los primeros meses de 2023 y con ella esperan acabar con esta molesta práctica: «La teoría nos la sabemos todos, pero la realidad es que en el día a día casi nadie lo respeta«, ha dicho Esperanza Rodante, miembro del Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM) y una de las impulsoras de la iniciativa.
Esta solución, que primero se pondrá a prueba en forma de experimento piloto, cuenta con el apoyo de asociaciones vecinales como Don’t Stop Me Now (DSMN), De Madrid a mi parada (DMAMP), Madrileños Non Stop (MNS) y Déjame Salir (esta última, en un guiño totalmente buscado a la película de terror homónima de Jordan Peele).
«Es una situación inadmisible», cuenta a este medio Alfredo Mercurio, presidente de DSMN. «Es terrorífico, y más en esta época del año. Tienes que irte preparando varias paradas antes de la tuya para poder salir, y aún así a veces no es suficiente». Las sanciones por no dejar que los viajeros salgan de los vagones de metro antes de acceder o por obstaculizar la salida desde el interior del vagón oscilarán entre los 50€ y los 350€. «Las personas multadas también tendrán que pedir perdón a los afectados», señala Rodante.
Otras multas que podrían entrar en vigor
Además de lo anunciado anteriormente, Metro de Madrid no descarta ampliar las sanciones en otras circunstancias: «Estamos barajando la posibilidad de sancionar a los viajeros que pulsan reiteradamente el botón de abrir las puertas antes de que se encienda la luz o mientras el tren aún está en marcha», explica Esperanza, que tiene la esperanza de que estas medidas mejoren la convivencia y la experiencia de usuario en toda la red de metro.
Para ello, fuentes cercanas al suburbano han señalado que los pulsadores se equiparán con un lector de huella dactilar (similar al que permite desbloquear los teléfonos móviles) para poder identificar a los infractores. La cuantía de las multas, en estos casos, oscilaría entre los 50€ y los 100€. Fuentes del CRTM informan a este medio de que «es muy importante que los lectores y lectoras sepan que esto se trata de una inocentada«.