La construcción de un túnel entre Gran Vía y Sol se ha tropezado con escollos que retrasan su entrada en funcionamiento.
El pasado 20 de agosto la estación metropolitana de Gran Vía echó el cierre por una larga temporada. En aquel momento empezaba la creación de un túnel subterráneo para conectarla con la parada de Sol, y se calculaban unos ocho meses de obras. Pero no parece que el plazo se vaya a cumplir.
El 13 de abril de 2019 se fijó como la fecha de reapertura de Gran Vía, mientras que la inauguración del túnel se dejaría para mayo. Ya en diciembre, el Gobierno de la región anunció cinco o seis semanas de retraso porque la operación resultó ser más delicada de lo que parecía.
Cuando la necesidad de utilizar maquinaria de menor envergadura se volvió imperiosa, se aseguró que los operarios intentarían adaptarse a los plazos originales. Sin embargo, quedan dos meses para la fecha establecida y no ha habido noticias al respecto.
Entre los obstáculos a los que se ha enfrentado el proyecto están la aparición de restos arquitectónicos de los años 20, el riesgo de inundaciones y el exceso del presupuesto definido.