Acompañamos al Spiderman Gordo en una mañana de trabajo en una de esas oficinas sin escritorios, ni reuniones, ni jefes.
Aunque se gana la vida con la risa de los demás, sentarse a hablar con el actor detrás del traje de licra es algo serio. Este portugués vino a Madrid a seguir formándose como actor pero la llegada de la crisis, hace ya más de diez años, le obligó a recurrir a este personaje que ya tenía en mente: el Spiderman Gordo.
Le acompañamos una mañana de trabajo por su cuartel general, la Plaza Mayor de Madrid, donde todo el mundo le conoce y le saluda con afecto, como se saluda al compañero simpático de la oficina.