Patricia Weisz es hija de Violeta Friedman, una de las voces más importantes contra el negacionismo.
En 1944, cuando llegó a Auschwitz, Violeta Friedman, una niña judía de 14 años dejó de ser una niña de 14 años para convertirse en un número. Con su familia se ahorraron el trámite. Fueron gaseados por orden de Mengele.
Friedman, con los años, se convirtió en uno de esos personajes de leyenda, de esos que parece que nunca existieron porque prefieren hacerse a un lado y digerir el horror desde el margen, sin focos, ni periodistas, ni preguntas desabridas como puchero de pobre.
Un día, 40 años después de la liberación del campo de exterminio, la niña que ya no era tan niña descubrió que había quienes negaban todo lo que ella había visto en primera persona, y decidió rebelarse. Se enfrascó así en un largo proceso judicial contra el negacionista del Holocausto León Degrelle, ex jefe de las Waffen SS y abierto antisemita residente en España, quien por cierto esquivó gracias al franquismo la pena de muerte que pesaba sobre él y que vivió sus últimos días en España bajo el nombre falso de José León Ramírez Reina.
Violeta Friedman falleció en Madrid en el año 2000 pero su hija, Patricia Weisz, continúa su legado. Ella preside la Fundación Violeta Friedman y continúa la labor de concienciación que su madre comenzó a través de conferencias y publicaciones.
Precisamene esa labor de concienciación es la que llevará a Patricia Weisz el próximo 9 de enero, a partir de las 19:00 h., a impartir una conferencia en el salón de actos de Canal Isabel II (c/Santa Engracia, 125), enmarcada en el programa de actividades culturales de la exposición Auschwitz: No hace mucho. No muy lejos, que todavía puede visitarse hasta el próximo 3 de febrero.