No tienes que ir a Valencia para comer paella de calidad. Eso ya lo sabíamos. Y ahora, además, tampoco tienes que dejar tu cartera tiritando.
La paella, como el cocido madrileño, es una de esas grandes debilidades que, sin embargo, duele pagar cuando sales a comer porque la gracia rara vez baja de 20 ó 25 euros por persona.
Decir que comer paella de calidad solo es posible en Valencia sería tan absurdo como decir que la única manera de disfrutar de la mejor pizza es viajando a Italia, y para muestra, un botón. En Madrid hay infinidad de sitios donde poder comer paella de mucha calidad. Arroces Segi o Casa Valencia son solo un par de ejemplos de ello, pero prepárate para la puñalada que está por venir.
Esta era también nuestra concepción de comer paella fuera de casa hasta que descubrimos Socarratt, un negocio que nace de la mano de dos hermanos valencianos, Rafael y Jordi Ventura Lasso, con la idea de servir paellas de calidad a domicilio.
Tienen un local en Chueca (calle San Marcos, 2), otro en Malasaña (calle Manuela Malasaña, 5) y también las sirven en Licores Café (paseo de la Esperanza, 23). Quizá lo mejor sea desplazarte hasta allí, ver lo que tienen ya preparado y pedir que te calienten una ración. Los puristas se tirarán de los pelos al oír hablar de paella recalentada en el microondas. Obviamente, no está igual que recién hecha (quizá esa sea la única pega que podamos ponerle), pero aun así el resultado es muy bueno.
La ración individual en el local cuesta ocho euros y a domicilio cobran un euro más. Además puedes encargar paellas completas y arroz al horno a partir de seis personas. Las tienen de verduras, valenciana (aunque un valenciano de confianza se quejó de que no llevara conejo), a banda, negro o fideuá, entre otras muchas opciones.
La mayor de nuestras críticas a Socarrat: que únicamente abra 12:30 a 16:00.