Siempre hay algo que hacer en Arganzuela. Es uno de los distritos de Madrid que más población joven atrae en parte porque ha sufrido varias transformaciones que han convertido esta zona en uno de los centros del ocio alternativo de la ciudad. Matadero, el Museo del Ferrocarril y Madrid Río son algunos de los claros ejemplos de la renovación de la zona Sur de la capital.
Dónde comer en Arganzuela
Balón Tokio
La apuesta de Balón Tokio es tan específica que si no se probase, uno pensaría que es un negocio está abocado al fracaso. En este pequeño local cercano a Atocha se venden takoyakis, lo que puede ser definido como una especie de croquetas de pulpo. Varían las salsas que los acompañan por encima y alguna cosa más de la carta como los onigiris o las gyozas. Pero la apuesta es la de los takoyakis. Una maravilla.
Calle de Tortosa, 6
Casa Kike
En el nombre de Casa Kike la palabra casa no es casual. Casa Kike demuestra que una posible clave del éxito es hacer bien lo que se lleva haciendo toda la vida. Sin más pretensiones y sin más grandilocuencia. Cachopos, bacalaos al pil pil, croquetas y una enorme terraza. Su salsa de la selva y el secreto que la oculta es incluso otro motivo para visitar Casa Kike.
Paseo de los Melancólicos, 43.
Los Caracoles
Los Caracoles es un bar tradicional de la calle Toledo, pegado a la Puerta de Toledo, en el que por supuesto puedes degustar su especialidad: los caracoles. Este plato tan mediterráneo que, como los entresijos, va perdiendo popularidad, continua vivo como una tapa típica más de los bares de Madrid. Este bar conserva las puertas rojas originales de finales del siglo XIX, típicas en la época.
📍 Calle de Toledo, 106
Lola Puñales
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Situándose en las inmediaciones del Jardín de Doña Concha Piquer no es de extrañar que este restaurante tenga nombre de copla. Y aunque no lo hace entre «la gente de bronce», al igual que en esa pieza de folclore el restaurante Lola Puñales también brilla, pero entre sus comensales: los que cantan, los que beben y frente a todo aquel que se acerque a conocerlo.
El restaurante, bajo la atenta mirada de Doña Concha, es un amplio espacio dominado por la vegetación, como si el jardín en el que tienen ubicado su terraza se hubiese colado dentro. Su carta, mediterránea y de calidad, ofrece desde «coplitas» (tiras de pollo de corral) o carrillera hasta zamburiñas y hamburguesas.
📍 Paseo Imperial, 89
La Pequeña Graná
Si hay dos palabras que deberían ir siempre juntas esas son tapas y gratis. Ese es precisamente el ideario de este bar icónico de la calle Embajadores, que ha logrado importar a Madrid la más pura esencia del tapeo granaíno. Y es que aunque la meca de la tapa siempre será Granada, este tributo madrileño se le acerca lo suficiente.
📍 Calle de Embajadores, 124
Mama Rosa
A Mama Rosa hay que ir por sus milanesas (en plural, sí, porque cuando pruebes una querrás volver hasta catar todas las de la carta). Recomendamos la clásica napolitana, con salsa de tomate, jamón York, mozzarella, rúcula, albahaca y orégano. Si te van las emociones fuertes, apuesta por la Buenos Aires (con bacon ahumado, cheddar rojo y orégano) y puedes seguir por la Caprese (con tomate fresco), la Pampa (con criollo argentino), la del bosque (con setas al ajillo)… infinita es la carta de las delicias.
Los intolerantes al gluten tienen en Mama Rosa una buena aliada, ya que ofrece dos opciones aptas para celíacos; así como los vegetarianos, que podrán disfrutar de una milanesa con base de soja y los complementos que prefieran. Tampoco dejes pasar la oportunidad de probar sus berenjenas parmiggianas o las empanadas argentinas (las de verduras, espinacas y bechamel son difíciles de olvidar). En verano, Mama Rosa saca todo su potencial abriendo una coqueta terraza pet friendly. Y así, lectores, se escribe la felicidad.
📍 Calle Alejandro Saint Aubin, 1
Qué ver en Arganzuela
Colonia del Pico del Pañuelo
El amarillo pálido de las fachadas, el monotema estructural, la ausencia de hierro forjado en sus balcones (la ausencia de balcones) o la escasa proliferación de coches hacen del paseo por las calles de la colonia del Pico del Pañuelo una certeza: la de que no hay casi nada parecido en toda la ciudad. Las casas de esta colonia fueron diseñadas específicamente para los trabajadores del propio Matadero.
📍 Enfrente de Matadero
Invernadero del Palacio de Cristal de Arganzuela
No, no ves doble: el del Retiro no es el único palacio acristalado que tiene Madrid. En el de Arganzuela, además, la vegetación no rodea el edificio, sino que habita en su interior. Este gran invernadero es el hogar de 9.000 especies de plantas procedentes de todo el mundo. Sus paredes transparentes contienen hasta cuatro microclimas distintos donde las plantas crecen a sus anchas entre cascadas, fuentes y un estanque de peces africanos.
La historia del «otro» palacio de cristal madrileño es tan fascinante como el propio invernadero: todavía hay quien lo llama nave de patatas y algunos miran, extrañados, las cabezas de reses que coronan los tejados.
📍 Paseo de la Chopera, 10
Museo del Ferrocarril
Madrid tiene la bonita costumbre de congelar en el tiempo sus estaciones abandonadas, como le pasó a la estación fantasma de Chamberí. Cuando los trenes dejaron de pasar por lo que hoy es la calle Ferrocarril, ahora repleta de terrazas y comercios, la antigua estación de Delicias quedó en desuso y se transformó en un gran museo ferroviario.
Sobre las vías descansan vagones de todas las épocas: en pocos sitios es posible asomarse a 1923, la posguerra y a la década de los 60 a través de una ventanilla. La parte trasera esconde un jardín inesperado en torno a las viejas vías.
En los andenes se organiza el ya famoso Mercado de Motores, un mercadillo imprescindible donde la artesanía se compra y vende entre las locomotoras.
📍 Paseo de las Delicias, 61
Madrid Río
Esta obra ha sido crucial para devolver a los madrileños el río Manzanares, que durante 40 años estuvo dominado por la autopista M-30. También ha cambiado el paisaje y valor de las casas a ambas orillas del río, convirtiéndose en uno de los paseos más atractivos de la ciudad. Ahora garzas blancas, gallinetas, patos y gansos del Nilo conviven con otras especies que habitan el caudal natural del Manzanares.
📍 Madrid Río
Tomar café en Arganzuela
Martín Tostador
La nuestra es una ciudad con una obsesión sana por el producto de especialidad. Arganzuela estaba incompleta sin su specialty coffee de cabecera hasta que a Camilo se le ocurrió abrir Martín Tostador en la calle Moratines. Los vecinos celebraron su llegada saboreando el café sublime que se tuesta entre estas cuatro paredes. Que una cafetería cierre por unas horas para preparar su propio café solo puede ser una señal divina.
Aparte de uno de esos increíbles cafés de especialidad que tienes que probar en Madrid, en Martín Tostador los sibaritas de la cafeína encuentran buena repostería, el ambiente distendido de la mesa central y la amabilidad inagotable de Camilo, siempre dispuesto a charlar mientras opera la Marzocco.
📍 Calle de Moratines, 23
Dot café
El café y la repostería están buenos, pero su sandwich mixto es otro nivel. Esta cafetería vecina de Madrid Río y Matadero se ha hecho un hueco tanto entre los que tienen algo que hacer por el barrio como entre los que no. «Bajar» a Dot Café Bar, devorar un bikini difícil de superar y quedarse mirando a la pared con una taza entre las manos. La decoración del local es de lo más cuidada: terrazo, colores tierra y tapices que envuelven las paredes y acompañan la filosofía que también han trasladado a su Super, contiguo a la cafetería.
📍 Calle de Eugenio Sellés, 6
Coco Mocca
Debe haber muy poca gente en Madrid que no sepa de la existencia de una de las cafeterías que más sensación han causado en la capital desde su apertura en noviembre de 2020. Se habla de ella por ser una de esas cafeterías llenas de flores y plantas, y como una de las paradas obligatorias si vives casi tanto (o más) tiempo en Instagram que offline.
Además de su decoración, la peregrinación se entiende también por sus cafés y dulces. Especialmente si se visita en fin de semana, hay que ir con tiempo porque se suelen formar colas para entrar.
📍 Paseo de las Acacias, 49
Qué hacer en Arganzuela
Matadero
Matadero es posiblemente el agente del cambio en Arganzuela más importante de los últimos 20 años. Toda la actividad cultural de este vibrante barrio pasa por aquí. No falta nada: desde festivales de literatura con los nombres más potentes del panorama internacional hasta sesiones de cine al aire libre. También hay exposiciones inmersivas, gente patinando, cafeterías, cines y mucho más.
📍 Plaza de Legazpi, 8
Pasillo Verde Ferroviario
Un tren puede llevarte a ver mundo o aislarte por completo de él, si en vez de dentro del vagón estás atrapado en el lado incorrecto de las vías, como decía la protagonista de Lady Bird. Hasta comienzos de los años 90, el sur de la capital estaba cercenado por la línea férrea que conectaba las estaciones del Mediodía (Atocha) y del Norte (Príncipe Pío). Después de una ambiciosa reorganización ferroviaria y el soterramiento de las vías, allí por donde pasaba antes el tren hoy tenemos siete kilómetros de corredor verde con bancos, un carril bici, plazas y parques que, por fin, invitan más a pasear que a pasar por la calle.
📍 Paseo de Juan Antonio Vallejo Nájera-Botas
Cines Embajadores
En un Madrid del pasado que casi nadie recuerda, tan de barrio eran la pescadería, el kiosko y el bar de la esquina como lo era el cine. Lamentablemente, las grandes superficies les comieron el terreno a las salas de toda la vida y estas pasaron a la historia.
Pero un buen día los Cines Embajadores se convirtieron en el primer cine de barrio que abría en décadas, devolviendo a los vecinos de Arganzuela su papel de espectadores y regalándoles el placer de ver una peli en pantalla grande cerca de sus casas. En estas tres salas conviven los estrenos comerciales y los films independientes, y se celebran ciclos, coloquios y eventos que alimentan la vida de barrio.
📍 Glorieta de Santa María de la Cabeza, 5
Altamarea
Altamarea llegó a Arganzuela en octubre de 2021 como un espacio de reflexión y búsqueda de conocimiento que los vecinos venían pidiendo desde hacía tiempo. Querían una librería y se encontraron, también, con una editorial (que opera no muy lejos del espacio de venta al público) especializada en literatura italiana.
La librería ofrece una amplia sección dedicada a los más pequeños en un rincón literario infantil, una agenda cargada de presentaciones, charlas y eventos… También organiza su propio club de lectura. Altamarea hace barrio entre páginas y conversaciones: lo han logrado.
📍 Calle Eugenio Sellés, 3
La Caja Lista
Uno de los planes más originales que pueden hacerse en el distrito de Arganzuela es el que ofrece La Caja Lista. A través de su propuesta de teatro interactivo el espectador puede vivir las historias desde más cerca que nunca, participando en ellas también como actor. Actualmente cuenta con seis espectáculos diferentes en su cartelera y con funciones de martes a domingo que pueden consultarse y comprarse a través de su página web.
📍 Paseo de la Esperanza, 16
Planetario de Madrid
La frase ‘De Madrid al Cielo’ cobra su sentido más literal en este enclave situado en el parque Tierno Galván. En este centro propiedad del Ayuntamiento se ofrecen diversas actividades relacionadas con la astronomía que abarcan, entre otras cosas, exposiciones y talleres. Las más destacadas son las proyecciones en su cúpula, verdaderos espectáculos audiovisuales inmersivos que se renuevan periódicamente.
📍 Avenida del Planetario, 16
Antigua fábrica de cerveza El Águila
Que los edificios tienen más de una vida queda más que probado con la historia de este complejo neomudéjar del distrito de Arganzuela, una antigua fábrica de cerveza que ahora alberga la sede del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, una sala de exposiciones y la Biblioteca Regional Joaquín Leguina. Entre las iniciativas del espacio destaca el festival El Águila Suena, una serie de conciertos gratuitos que tienen lugar en su patio en la época estival.
📍 Calle Ramírez de Prado, 3
Teatro Circo Price
Su historia se remonta al siglo XIX de la mano de Thomas Price, en un momento en el que las artes circenses estaban de moda en la capital. Dado su éxito, en 1879 su yerno y también domador ecuestre William Parish funda un nuevo circo Price para «acoger los números más espectaculares», según reza su web. Como curiosidad, Parish está enterrado en el cementerio británico de Madrid.
El espacio, tal y como lo conocemos hoy, abrió al público en marzo de 2007 y acoge espectáculos de diversa índole: circense, de magia, música… Y si aún eres joven a los ojos del Ayuntamiento de Madrid, a través del JOBO podrás asistir a algunos de sus espectáculos de forma gratuita.
📍 Ronda de Atocha, 35
Parque Enrique Tierno Galván
Este parque es uno de los mayores espacios verdes de la ciudad con una extensión de 45 hectáreas. Además de una gran variedad de fauna y flora, cuenta también con tres estanques, zonas infantiles, instalaciones deportivas o miradores.
En su interior se ubica también el Planetario de Madrid, el antiguo cine IMAX (cerrado en 2014) y el que es probablemente uno de sus enclaves más conocidos: un gran auditorio al aire libre que llama la atención por su forma de anfiteatro con gradas de hormigón y césped, que tiene capacidad para aproximadamente 10.000 personas.
📍 Calle Meneses, 4
Desde el Planetario hasta la sala La Riviera, Arganzuela y alguno de sus barrios como Imperial, Acacias, Chopera y Legazpi atraen y mantienen a las generaciones jóvenes, gracias a la apuesta por recuperar calles y espacios para los ciudadanos.
Este artículo ha sido escrito a diez manos por Alberto del Castillo, María F. Carballo, Selene García, Isabel Nieto , Lucía Mos y Elena Francés.