Probablemente hayas pasado por delante sin darte cuenta. O quizá sí pero fue más bien un «Anda mira, otra iglesia de Madrid» y a seguir. Y aunque pueda parecer eso a simple vista, la Real Basílica de San Miguel es una joya del barroco italiano situada en pleno corazón de la ciudad, en la calle de San Justo del Madrid de los Austrias. Un tesoro histórico y arquitectónico que puede pasar inadvertido pero que esconde muchos datos curiosos (y una historia jugosísima) detrás.
Arte, drama real («real» de realeza, no de que el drama es verdadero, aunque ambos aplican) y muchísima música. Y no solo en su historia. También en su presente y su futuro, ya que esta céntrica iglesia es el nuevo escenario que la famosa serie de conciertos Candlelight ha elegido en Madrid para cubrir de velas y música en directo. Una experiencia que será posible vivir a partir de septiembre.
Real Basílica de San Miguel: cuando el hermano de un rey no quería ser cura
Isabel de Farnesio no quería que su hijo (el pequeño, el sexto, el que era hermano de Carlos III) estuviese lejos de casa, y lo que quería don Luis de Borbón era no ser cura. Pero era infante, estaba bastante lejos de la línea de sucesión y lo normal en esos casos era hacer carrera eclesiástica. Más tarde sabríamos que don Luis de Borbón tenía vocación por todo menos por ser cura, pero esa es otra historia.
Con tan solo ocho años el infante fue nombrado arzobispo de Toledo y cardenal, y un poco después también sería arzobispo de Sevilla. Toledo no estaba (ni está) muy lejos de Madrid, pero la reina quería asegurarse de que su hijo se mantuviera en la corte madrileña. Así que en 1739 Isabel de Farnesio mandó construir para él la que finalmente sería la Real Basílica de San Miguel, también conocida como Basílica Pontificia de San Miguel. Un templo que se terminó de consagrar en 1746 y que hoy forma parte del (muy amplio) patrimonio de la ciudad.
6 datos curiosos sobre la Real Basílica de San Miguel
1. Tiene inmunidad diplomática
Desde 1892, la Basílica Pontificia de San Miguel es propiedad de la Santa Sede y se encuentra adscrita a la Nunciatura Apostólica en España (la representación diplomática del Vaticano en España). Esto se traduce en que, a efectos legales y administrativos, tanto el edificio como su recinto cuentan con inmunidad diplomática.
¿Y esto qué significa? Que las autoridades españolas no pueden intervenir en la basílica sin el consentimiento expreso de la Santa Sede, lo que ha hecho que su diseño arquitectónico y decorativo original se haya mantenido en el tiempo.
2. Está declarada Bien de Interés Cultural
Ubicada en una zona de protección arqueológica dentro del Madrid histórico –conjunto histórico «Recinto Villa de Madrid»–, la Real Basílica de San Miguel fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1984 con la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional. Un título que hace que el edificio cuente con una protección de máximo grado cuyo objetivo es asegurar su conservación para futuras generaciones.
3. Es escenario de conciertos a la luz de las velas
Su acústica fue diseñada para la música sacra así que puede no sorprender demasiado que a las propias funciones religiosas de la iglesia se les sume las culturales. Desde estrenos hasta festivales pasando por conciertos de música antigua y clásica, la Real Basílica de San Miguel también es escenario de los famosos conciertos Candlelight. Una cita musical en la que un cuarteto de cuerda interpreta clásicos bajo la luz de miles de velas y que hace de la basílica un punto de encuentro entre la cultura y el arte.
4. Su fachada es única del barroco español
Empezando porque hace esquina y parece encajonada entre la calle de San Justo y el pasaje de Puñonrostro. Un frontón curvo lleno de movimientos cóncavos y convexos que cuenta con dos torrecillas con remates redondeados y que lo hace un caso especial del barroco español.
Además está considerada la iglesia barroca con mayor influencia italiana de Madrid, cuyos planos fueron encargados al arquitecto italiano Giacomo Bonavía, quien ya había trabajado en otros encargos reales. Un nombre que la propia Isabel de Farnesio eligió personalmente y que contó con Virgilio Rabaglio como discípulo.
5. Mussolini no quería que Luigi Boccherini descansase ahí
El famoso compositor italiano Luigi Boccherini vivió y murió en Madrid. Y como había sido feligrés de la Real Basílica de San Miguel fue enterrado allí tras su muerte. Pero tras 120 años, esta situación cambió en 1927 cuando Benito Mussolini mandó que sus restos fueran trasladados al panteón de los hijos ilustres de Lucca como parte de su afán por reforzar la identidad nacional, subrayando la figura de grandes italianos.
6. «Quien no pasa por la calle de la Pasa no se casa»
¿A quién no le gusta un buen refrán como excusa para conocer un poco más la ciudad? Muy cerca de la basílica se encuentra la calle de la Pasa. Y como la sede del arzobispado se encontraba allí y todavía no existía el matrimonio civil, los novios tenían que pasar obligatoriamente por esa calle para poder arreglar los papeles para casarse. Una situación que dio lugar al famoso dicho madrileño: «Quien no pasa por la calle de la Pasa no se casa».