Madrid está listo para recibir a las más de 20.000 personas procedentes de 195 países que asistirán a la Cumbre del Clima (COP25) celebrada en la capital durante los próximos días. Pero la ciudad también se enfrenta a un obstáculo elemental: la dificultad o imposibilidad de acceder al IFEMA, ubicación que acoge el evento, por medio del transporte público.
Los autobuses y el metro van a la huelga al mismo tiempo con intención de utilizar estas fechas de gran importancia para la capital como elemento de presión para dar salida a sus reivindicaciones. Así, aunque Madrid tiene previsto un refuerzo del transporte público para facilitar los traslados de los invitados a la Cumbre del Clima, el acceso se verá truncado por estas protestas.
La EMT ha convocado dos huelgas de 24 horas en los autobuses de Madrid los días 3 y 10 de diciembre para reclamar la contratación de más trabajadores, puesto que la plantilla se encuentra ahora mismo desbordada por este y otros asuntos para los que también exige soluciones.
Metro de Madrid apoya la protesta de la EMT con otra huelga también el día 3 que, sin embargo, tendrá una menor incidencia que la de los autobuses, puesto que la iniciativa parte de Solidaridad Obrera, una agrupación de trabajadores menos influyente que el Sindicato de Maquinistas (este último descartó sumarse a la huelga tras una reunión con la Consejería de Transprotes).
Las incidencias ferroviarias no terminan aquí. Renfe ha fijado tres paros de cuatro horas cada uno para el 5 de diciembre, enlazando la celebración de la Cumbre del Clima con el puente de la Constitución y de la Inmaculada, otro momento clave para el desplazamiento de pasajeros en Madrid. Los paros están previstos entre las 00:00 h y las 4:00 h, entre las 11:00 h y las 15:00 h y entre las 20:00 h y las 00:00 h.
Los vehículos privados tampoco se quedan al margen de la semana de huelgas, puesto que las gasolineras no prestarán servicio con normalidad el 5 y el 9 de diciembre, días de la «Operación salida» y «Operación retorno» del puente.