La cocina tex-mex tiene nuevo embajador en Malasaña con Slow Mex, donde la cerveza artesanal es la verdadera protagonista de la fiesta.
La influencia de la gastronomía mexicana sobre la estadounidense es tal que en ocasiones para un profano es difícil dibujar la línea divisoria. Y puede suceder, como pasó con el tikka masala, que el resultado de la fusión culinaria acabe haciéndose más transfronterizo que su variedad original.
Por eso algunos de los restaurantes mexicanos de Madrid ofrecen algo más parecido al tex-mex que a lo que te prepararía tu abuela de Chihuahua. No hay más que ver la moda de negocios al estilo de Tierra Burrito o el más desmerecido Tako Away, que no son sino una importación de otros como el estadounidense Chipotle.
Y de esa mezcla va precisamente Slow Mex, posiblemente el mexicano con más encanto de Malasaña con un enorme ventanal a la altura del suelo de la calle San Vicente Ferrer donde la cocina tex-mex se combina con influencias del otro lado del mundo como su salsa thai de cacahuete o su chutney para acompañar sus tacos y tortas de pato.
Quizá el punto fuerte de Slow Mex sea pillar sitio en la única mesa del restaurante con sofá y sillones y pasarte allí el día, la tarde y la noche degustando la infinidad de cervezas artesanales que ofrecen, tanto en grifo como en botella o lata. No hace falta mucho tiempo para darse cuenta de la pasión por la cerveza que este lugar rezuma.
Marc, un irlandés encargado del local, cuenta que cada semana cambian la cerveza de sus diez grifos, lo que es un auténtico filón para cualquier buen cervecero y a la vez una pena, porque no podrás probar una cerveza de Cádiz que probamos hace unas semanas con un ligero aroma a romero ni la IPA de Michigan con gusto a mango. Así que lo mejor es que te dejes aconsejar. Y si encima vas a una hora sin mucha clientela te dedicarán tu tiempo para que pruebes algunas de sus variedades antes de decidirte por una.
Imprescindible probar sus chilaquiles y sus jalapeños rellenos (si te crees uno de esos valientes sin miedo a sufrir). Y sus tacos de langostinos con pico de cítricos y salsa de menta, de pato con chutney de mango, de cerdo mechado con kimchee o de pescado frito con especias cajún.
Pero deja algo de hueco, porque quizá lo mejor de tu cena sea la experiencia de maridar su maravilla de brownie y helado de café con cervezas negras como la Dirty Bastard de la fábrica Founders.