Hay un juego que se puso de moda durante el confinamiento que se llama GeoGuessr y que consiste básicamente en soltarte en cualquier parte del mundo (con la tecnología de Google Street View). A partir de ahí tienes que averiguar dónde estás. Un buen consejo para un jugador principiante podría ser el de fijarse en los taxis. Los taxis, sus colores y sus detalles son de alguna forma la prolongación de la esencia de la ciudad. Cualquiera se ubicaría en Barcelona gracias a sus taxis negros y amarillos, en Nueva York por el amarillo de sus cabs o en Madrid por la franja roja que recorre la parte delantera de sus taxis blancos.
Como casi todo en esta vida, lo de los taxis blancos no siempre fue así. Durante los años 20’ podían ser casi de cualquier color mientras una franja (blanca, roja, amarilla o azul) sirviese de distintivo del precio que ofrecían. Esto último lo cuenta el usuario de Twitter albertofm_.d en un hilo de Twitter en el que se explaya sobre esta temática cromática vinculada a los taxis.
Una ordenanza municipal
A partir de los años 50’, los taxistas de Madrid estaban obligados a pintar sus coches de negro en la mitad superior, azul oscuro en la mitad inferior y en el medio una franja rojo bermellón. E igual que una recta es el camino más corto entre dos puntos, la fundamentación práctica eventualmente es la razón que justifica un criterio a priori estético. Los taxis en Madrid son blancos, sí, pero, como hemos dicho, antes fueron negros. Y en Madrid hay nueve meses de invierno y tres de infierno. Y el negro no marida bien con el infierno. Más cuando los coches no tenían equipos de aires acondicionados.
El cambio de color que dio lugar a la posibilidad de que una partida en el GeoGuessr pueda pasar de ser buena a ser extraordinaria se gestó durante el mandato del antiguo alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván. La Ordenanza Reguladora del servicio de Vehiculos de Alquiler con Aparato Taximetro se aprobó el 27 de junio de 1980 e indicaba lo siguiente: “los vehículos irán pintados de color blanco, llevando en las puertas delanteras una franja en diagonal de color rojo, de 10 centímetros de ancho, de derecha a izquierda, iniciando el trazo a partir de la parte más próxima a l luna delantera” y añadía que “sobre dicha franja deberá ostentar el escudo de Madrid y en la parte inferior de la misma el número de licencia”.
La historia no es una sencilla sucesión de hechos tajantes que se sobreponen los unos a los otros. Y del mismo modo que el Homo sapiens coincidió coetáneamente con el Homo neanderthalensis, el taxi blanquirrojo o franjirrojo convivió con el taxi negro. El plazo de cambio de color fue de cinco años. A partir de 1985, entonces, los taxis madrileños ya eran como los conocemos hoy.