Ya estamos tomando el tiramisú —clásico, sin estridencias, sobrio, perfecto— y Nico Russo, cocinero de That’s Amore, saca una margheritta y empieza a comérsela en una mesa que está cerca de la nuestra. Entonces y pensando en la idea de ponerte tu canción favorita como despertador para que apenas tarde una semana en pasar a ser la canción que más odias, le pregunto:
—Nico, ¿cuántas pizzas puedes llegar a comer a la semana?
—Una para comer y otra para cenar.
En ese momento no lo pregunto, pero luego lo pienso y paso a estar seguro de que Nico debe estar entre algún top de seres humanos que más pizzas han comido. Lleva haciendo pizzas desde los 15 años y tiene 37. Hago cálculos y luego pienso en los itamaes japoneses: qué poco occidental es esa idea de la paciencia y del aprendizaje minucioso y progresivo. Y qué bien la encarna Nico Russo, que no deja al azar ni el más mínimo aspecto en la creación de una pizza.
Nico Russo se trae de Italia lo que puede traerse de Italia —que, por poder, te puedes traer hasta la Fontana di Trevi, pero otra cosa es la vida útil de muchos productos frescos que apenas tardan un día en caducar— y busca a los mejores proveedores de lo que no puede importar.
Por ejemplo: el embutido. Una ganadería de Ávila surte de jamón, de cecina (de León), de chorizo la nevera de That’s Amore. O la levadura. La levadura la hace él mismo. O la harina, que es ecológica y procede de un molino familiar. O la leña: usa dos variedades.
Hemos probado una pizza con chorizo picante de la que no hemos dejado ni una mota de harina sobre el plato y antes nos han sacado una Provoletta alla pizzaiola, que nada tiene que ver con el provolone de supermercado o de italiano de postín. La Provoletta es mucho más lechosa —menos chiclosa, por lo tanto— y le acompañan tomatitos del piennolo que le dan un equilibrio perfecto al plato.
Y un poco antes de probar todo esto, nos habíamos perdido llegando: aún sabiendo que estaba en la calle Pelayo, 6, habíamos enfilado la calle en la dirección opuesta. Enfrente del local y antes de entrar, leo el nombre de la pizzería y me viene a la cabeza el ritmo de la canción: “When a moon hits your eye like a big pizza pie. That’s amore”. That’s amore.
Calle Pelayo, 6 (Chueca).
De miércoles a domingo de 13:00h a 17:00h y de 20:00 a 24:00. Martes de 20:00h a 24:00h. Lunes, cerrado.
Pizzas desde 8,5€.
Más información en su Instagram.