La relación entre comida y familia es verdaderamente parecida a la que existe entre lenguaje y familia. La escritora italiana Natalia Ginzburg dice en Léxico familiar que “soy aquellos que fueron antes de mí”. En cada casa se come lo que se comió antes de que naciéramos. Cada casa interpreta las recetas a su manera.
Y en la casa de Elena Santos y de Javier Olariaga, pareja de publicistas que abrió The Food Dealer en noviembre, primero lo interpretaron en su casa y luego lo trajeron a un restaurante. Les ocurrió, por ejemplo, con su burgóndiga. Un día, cuenta Javier, les sobraron albóndigas, la juntaron con pan de brioche, le metieron queso y las aprovecharon haciendo hamburguesas. Luego abrieron un restaurante y ahora es el plato estrella de la casa.
Pero siendo fieles a la realidad y coherentes con la cita de Ginzburg, en The Food Dealers se come lo que otros comieron. Como es el caso de la ensaladilla rusa: “es una receta de mi suegra”, dice Javier. “La servimos en las cortezas de trigo grande porque es típico de Salamanca”.
Una carta aglutinadora
La propuesta de The Food Dealers es democrática y conciliadora. Una mesa puede acoger a un vecino de gustos culinarios costumbristas –y que disfrute, por ejemplo, de una tortilla de patata y una ensaladilla rusa– y la de al lado puede tener a un comensal disfrutando de un bocadillo coreano de gambas y un patacón de cochinita pibil.
La mención al bocadillo coreano de gambas merece un mínimo desarrollo. El pan es un mollete artesanal y además de gambas –gambones fundidos con queso, realmente– lleva lombarda encurtida y salsa Gochujang. Y más cosas, pero estos tres ingredientes son suficientes para empezar a salivar.
Además de lo mencionado, The Food Dealers tiene también una parte de su carta orientada al público vegetariano y otra, al menú del día. El menú rota semanalmente, se ofrece de martes a viernes y cuesta 12,40€.
Otro de sus puntos fuertes, por cierto, también justifica su nacimiento como restaurante: “una necesidad en el barrio era que no había un sitio de comida para llevar y que estuviera guay… tienes el Carrefour con la paella amarilla”.
El único dealer del que te fías
En casa de herrero cuchara de palo y en restaurante de publicistas, eslogans de primer nivel. Javier y Elena son plenamente consciente de que tan importante es tener un buen producto como saber venderlo. Y el tono gamberro en la venta de comida casera –el contraste– funciona a las mil maravillas.
A Javier se le escapa una sonrisa cuando señala a las frases de los carteles que hay en el local: “el primer dealer con el que sabes lo que te metes” o “hacemos grandes entregas de merca”. Javier dice: “no podemos pasarnos mucho, porque al fin y al cabo estamos en un barrio residencial”.
Calle de Juan de Austria, 14
Alrededor de 20€ por persona.
Más información en su Instagram.