
Con la sensación de que todo está parado y la certeza de que empezar un negocio en estos momentos es un riesgo, La Industria abrió sus puertas en octubre en Malasaña. Llegamos al tiempo en que levantan la persiana, todavía no han encendido la luz y ya se acerca alguien para preguntar si se puede entrar. Esa es la expectación que genera La industria, la tienda vintage de Malasaña (San Vicente Ferrer, 33) y que con sus 250 m2, los propietarios aseguran que es la más grande de Madrid.
Carlos Flores y Silvia Fernández, dueños y dependientes, no son nuevos en el ámbito de la ropa vintage. Antes (hace unos meses) tenían una pequeña tienda en la calle Barco, pero ante la necesidad de dar cobijo a más gente, decidieron alquilar y readaptar este local que antes sirvió para la celebración de pop up stores.
La atención al detalle es uno de los grandes valores de La Industria: la estética de garaje, el maniquí de los años 20’ que otrora estuviera en la calle de las Infantas, la nevera y su segunda vida (ahora alberga bolsos y zapatos), rarezas como un antiquísimo mono de Ferrari o cuadros pintados por ellos mismos. Al respecto de esto último, Carlos dice que “los dos somos artistas y pensamos en mezclar el concepto con el arte para poder vender nuestra pintura y también de colecciones privadas que tenemos”.
Carlos y Silvia también tienen clara una cosa: no compran por lotes. Del mismo modo que un hostelero elige con mimo la materia prima de la que se va a servir para asegurarse de la calidad del producto final, Carlos dice “todas las prendas que compramos están elegidas pieza a pieza. Elegimos lo que nos gusta o lo que creemos que le va a gustar a nuestros clientes”.
El corner de HolyGuns
“Tenemos un córner con HolyGuns”, dice Carlos e insiste en que “apostamos por ellos”. Y es que en la esquina más próxima a la ventana, el ojo observador encontrará una diferencia estética: aquí hay ropa de segunda mano, sí, pero reinterpretada.
HolyGuns es un atelier que renueva la ropa vintage. Contra el fast fashion, una nueva interpretación de prendas de alta calidad en el tejido. En palabras de Carlos: “hacen ropa reciclada, mayoritariamente Levi’s y personalizada”. Esta esquina, en definitiva, ofrece ropa de calidad, sostenible y personalizada.