Dedicar tu negocio a un público muy concreto puede ser motivo de éxito o de estrepitoso fracaso. Aquí os traemos algunos ejemplos de lo primero.
Socks Market
Si los calcetines han sido la última conquista de los diseñadores de moda es por algo. Puede parecer absurdo querer comprar calcetines de diseño por muy bonitos que sean cuando la única persona que los va a ver eres tú cuando llegues a tu casa y te quites los zapatos. O tu madre cuando te grite que con cariño y paciencia que está harta de que dejes cosas por medio.
Un servidor siempre fue fan de los calcetines de mercadillo. Son baratos y cumplen eficazmente la función para la que fueron pensados. Sería absurdo pedir mucho más a un calcetín, pero cuando entras en Socks Market esta idea cambia, y esa prenda se convierte en una obsesión. Tienen más de cuarenta marcas diferentes de calcetines y una media de 15 diseños por marca. No es país para indecisos.
Dónde: Calle Gravina, 12
Cuánto: Entre 4,95 y 20 euros.
Popland
Popland es ya un clásico. Mucho ha llovido desde que abrió en 1999 y ahí siguen, dando guerra a sus legiones de coleccionistas, amantes de la música, el cine o las series. En realidad, casi cualquier objeto aspirante a la categoría de culto friki tiene cabida en Popland. Un tesoro de color púrpura en el corazón del barrio de Malasaña.
Proveedores de medio mundo mandan sus productos a este local en el cruce entre las calles Manuela Malasaña y Monteleón, e ir a echar un vistazo a la tienda requiere de un ejercicio de autocontrol enorme para no dejar que te maree la infinidad de cosas que te rodean, de colores, tamaños y formas infinitas.
Dónde: Calle Manuela Malasaña, 24.
Cuánto: Puedes encontrar desde llaveros a 2 euros hasta un cuadro por 70 euros.
Taste of America
Podría parecer a priori absurdo montar una tienda como Taste of America, que solo vende productos estadounidenses, en una ciudad donde no hay tanta población norteamericana. Quizá la explicación haya que buscarla en Hollywood y su capacidad para moldear gustos. ¿Quién no ha intentado comerse un sándwich de mantequilla de cacahuete o cocinar nubes en el fuego? Pues estas y otras tantas guarrerías (y no tan guarrerías) puedes encontrarlas en esta miniembajada de la gastronomía yankee.
Y si tienes algún amigo estadounidense o alguien que haya pasado allí el tiempo suficiente para empaparse de lo que se cuece al otro lado del charco, te recomendamos que vayas acompañado. Siempre es bueno tener un maestro que te ilumine el camino, aunque sea el camino de la cerveza de jengibre, la Coca-Cola de vainilla y el queso cheddar en espray.
Dónde: En Madrid hay varias. Lo mejor es que consultes su web.
Cuánto: Desde 50 céntimos.
Ocho y medio
No creo que a estas alturas vayamos a descubrir esta tienda a ningún cinéfilo, pero siempre habrá algún rezagado que aún no conozca este templo del cine en Madrid. Sus dueños se conocieron en la facultad y son pareja desde entonces. Ella es politóloga; él, antropólogo. Nada podía salir mal.
Situada en el Paseo de la Fama madrileño (no me den a mí el premio a la originalidad, no fui el primero en usar este concepto), Ocho y Medio es una visita obligada para los estudiosos del cine, pero también para sus fans más incondicionales. Pocos ambientes invitan tanto a la conversación. Además, si tienes suerte, quizá te encuentres a alguien del mundillo del cine y puedas sacar a pasear tus instintos de groupie desbocado.
Dónde: Calle Martín de los Heros, 11.
Cuánto: El café vale en torno a dos euros. Pero allí las joyas son los libros, y eso es mejor verlo por ti mismo.
La tienda de las gorras
La gorra es uno de esos complementos que siempre gustan, pero vista en otros. Cuando nos la ponemos nosotros mismos y nos miramos al espejo, la historia cambia. Una cosa está clara: si no encuentras una gorra que te guste en La tienda de las gorras, posiblemente no la encuentres en ningún sitio.
La idea de negocio surge de dos amigos amantes de la moda urbana que deciden hacer de su pasión su negocio. La tienda en sí misma es una suerte de museo de la prenda, con gorras de los años 80 y 90 hasta la actualidad.
Dónde: Corredera Alta de San Pablo, 30.
Cuánto: Entre 10 y 85 euros.
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