Tacita de Plata es una de las churrerías y chocolaterías más antiguas de Madrid, pero su filosofía está totalmente adaptada a los tiempos que corren. Por eso el establecimiento ha plasmado su mentalidad moderna y abierta en su proyecto estrella: unos churros bien crujientes y especialmente coloridos para el Orgullo.
Los churros de mil colores iluminarán el escaparate de este comercio situado en la calle Mayor, una vía muy transitada tanto por turistas como por los habitantes de la ciudad. El particular tributo de la chocolatería a la bandera arcoíris es un llamamiento a la diversidad.
La receta es sencilla: los churros se bañan en chocolate blanco y se salpican de colores, por lo que el resultado es un dulce alegre, delicioso y perfecto para la ocasión.