
Lo de que en febrero haga tiempo de primavera favorece la floración de los almendros en la capital. El pasado fin de semana hemos visto a familias enteras de picnic al sol en la Quinta de los Molinos, disfrutando de un paisaje que bien podría ser una estampa de Hokusai, o un cuadro de Monet.
Además de la Quinta, otros entornos naturales de Madrid presumen de árboles floridos, que forman paisajes efímeros durante el cambio de estación. Para visitar algunos de ellos no hace falta salir del centro.
La Quinta de los Molinos
El sitio de referencia para ver los almendros en todo su esplendor es la Quinta de los Molinos. Cuenta con más de 1.800 ejemplares de dos tipos: Largueta (de floración temprana) y Marcona (de floración media-temprana).
Su increíble campo de árboles floridos ocupa una buena parte de la zona agrícola del parque, en la que también vemos especies típicas del paisaje mediterráneo, como higueras, olivos y pinos.
El Retiro
El Retiro tiene una variedad botánica realmente singular. En el área conocida como el Huerto del Francés (paseo Fernán Núñez), de 118 hectáreas, hay 300 almendros que ya lucen sus pétalos blancos con matices rosados.
Casa de Campo
La Casa de Campo es el lugar ideal para desconectar de los constantes estímulos de la ciudad y pasear rodeados de naturaleza. Sus almendros se encuentran en una senda botánica de cuatro kilómetros que va desde la parada de metro Lago hasta la Puerta del Zarzón.
Real Jardín Botánico
Aunque los almendros no son los árboles más destacados de su colección, merece la pena entrar en el Jardín Botánico cuando llega la primavera y conocer las más de 5.000 especies de plantas que alberga.