
Madrid, que en 2020 y en 2021 fue reconocida por la ONU como Ciudad Arbolada del Mundo, cumple a medias con esta idea: la mayoría de los parques y jardines se reparten por las afueras.
El parque más céntrico de Madrid es un emblema, un plan en sí mismo y una bandera enarbolable en cualquier situación y por cualquier persona. Pero hablar de parques en Madrid es mucho más que hablar de los Jardines del Buen Retiro (que hace doscientos años, por cierto, fueron una fortaleza militar). Nuestros parques recogen historias, monumentos y condecoraciones, pero sobre todo arbustos, plantas, árboles y la posibilidad de hacer un plan gratuito.
Aquí están nuestros parques y jardines favoritos de Madrid, disfrutables en cualquier época del año, pero quizá, sobre todo, en primavera.
1. Paisaje Cultural de Aranjuez
«La abundancia de la fauna y de la flora de este valle llamó la atención de los nobles y reyes desde el siglo XII. Ya en esa época apreciaron el valor de Aranjuez como lugar de recreo y de caza». La cita le corresponde al Consejo de Europa, el nivel más elevado de cooperación política entre los países de la Unión Europea. Y precisamente este organismo considera que el Paisaje Cultural de Aranjuez es uno de los mejores jardines de Europa. Lidera este listado por una cuestión muy sencilla: si es uno de los mejores jardines de Europa, ¿cómo no iba a ser el mejor de Madrid?
2. El Retiro
Aparece en todas las guías turísticas, es el lugar de celebración de nuestra Feria del Libro, acoge exposiciones, tiene monumentos que esconden enigmas, castillos de apariencia medieval, un mirador ubicado en un emplazamiento envidiable. Cualquier definición de El Retiro siempre será inexacta, insuficiente e injusta. Nuestro parque más sonado es un oasis en un desierto de asfalto.
3. El Capricho
El parque de El Capricho es uno de esos oasis bucólicos que reverdecen Madrid entre tanto tráfico y bloques de pisos. Este jardín señorial e histórico tiene una peculiaridad que atrae visitas de curiosos durante eventos puntuales del año. Hablamos del búnker de la Guerra Civil.
El Búnker de la Posición Jaca (nombre en clave que recibía el Cuartel General del Ejército Republicano del Centro) es una de las construcciones militares más importantes de Europa por el buen estado en el que se encuentra. Se trata de un espacio construido a unos 15 metros bajo tierra y que cuenta con unos 2.000 metros cuadrados. Fue edificado en mayo de 1937, cuando la Junta de Defensa de Madrid decidió que el alto mando republicano abandonara los sótanos del Ministerio de Hacienda para instalarse en un emplazamiento más seguro.
4. Parque de la Fuente del Berro
Con la imagen que precede la descripción de este parque podría hacerse un juego: ¿con qué sitio de España se corresponde esta imagen? Muy posiblemente salvo alguien que tenga muy vista la cascada o el propio autor de la foto casi nadie acertaría que estamos hablando de Fuente del Berro que es, precisamente, uno de esos lugares de Madrid que no parece que estén en Madrid. Más de 13 hectáreas, un monumento a Bécquer, otra estatua al poeta ruso Pushkin, un palacete, fuentes, cascadas, estanques (¡dos!). Un parque en toda regla.
5. Parque de la Quinta de los Molinos
Este parque, situado en la calle Alcalá, 527, requiere de pocas presentaciones: la belleza del espectáculo de sus almendros en flor es una postal típica de mediados de febrero, dado que estos árboles florecen entre febrero y marzo (el año pasado, por ejemplo, tuvo lugar a finales de febrero). Este acontecimiento natural es efímero y apenas dura dos o tres semanas, durante las que se concentran la mayor parte de las visitas.
Son precisamente los almendros en flor los que han hecho a este parque sobradamente conocido, y quizá su fama haya eclipsado el resto de los elementos que albergan sus 28 hectáreas y que también merece la pena conocer. En la zona norte, de estilo romántico paisajista, se pueden encontrar una casa palacio, un estanque o un merendero de piedra y en la zona sur, agrícola, se pueden ver dos molinos metálicos de color rojizo que proceden de Estados Unidos. A todo ello se suman otras variedades arbóreas como pinos, olivos y eucaliptos.
6. Jardines del Museo Sorolla
El Museo Sorolla es un recogido oasis en el distrito de Chamberí (calle General Martínez Campos, 37) y uno de los museos más bonitos de Madrid. Quizá se perciba como tal porque, a diferencia de otros espacios expositivos de la ciudad, en él se mezclan la obra y la vida del artista de la manera más natural y absoluta posible: convirtiendo la que fuera su casa en su propio centro expositivo.
Pero además de poder conocer las pinturas de este maestro valenciano de la luz mientras se recorren y visitan las distintas estancias de la casa, quizá una de las cosas que más pesen a la hora de considerar su belleza sean, precisamente, sus jardines. Son lo primero que recibe a los visitantes, aislándoles del bullicio de la calle, y se dividen en dos espacios inspirados en el Jardín de Troya del Alcázar de Sevilla y en el Generalife granadino, respectivamente. Hay un tercer jardín con un estanque, un grupo escultórico y una pérgola. Allí, según reza la web del Museo, Sorolla solía sentarse con su familia, y hoy lo hacen los visitantes. Una de esas «cosas buenas de pasar a la eternidad» a las que cantaba Manel.
7. Rosaleda del Parque del Oeste
Se inauguró en 1955 y también se la conoce como la Rosaleda «Ramón Ortiz» en honor a Don Ramón Ortiz Ferré, su ideólogo y Director de Parques y Jardines de Madrid de la época. En el año 2006 recibió el galardón «Award of Garden Excellence» de la Word Federation of Rose Societies, que la reconoce como una de las Rosaledas excepcionales de todo el mundo.
No es para menos: en su extensión de 32.000 metros cuadrados alberga cerca de 20.000 rosales de más de 650 variedades diferentes. El resultado es una bonita explosión de color que todos los años, además, se somete a escrutinio público para que la ciudadanía elija su rosa favorita en el Concurso Popular Rosa de Madrid.
8. Casa de Campo
Si hablamos de importantes espacios verdes en Madrid no puede faltar, claro, el parque público más grande de la ciudad: Casa de Campo, con más de 1.500 hectáreas de extensión. Además de acoger en su seno una amplia variedad de ecosistemas y biodiversidad, cuenta con instalaciones como el Lago de la Casa de Campo, el Parque de Atracciones o el Teleférico, además de otras deportivas.
9. Jardines de las Vistillas
Se puede decir que este conjunto arbolado diseñado en los años 30, en pleno Madrid de los Austrias, es el más castizo de la ciudad. Cada San Isidro, miles de chulapas y chulapos se contonean sobre las laderas del antiguo cerro de las Vistillas, cuyo nombre le viene de las monumentales vistas del Manzanares y de la Casa de Campo que se vislumbran desde su cima. Lo más característico del parque, además de las panorámicas, son las escaleras centrales custodiadas con muretes y farolas.
En lo alto de la escalinata, la plaza de Gabriel Miró es el lugar de encuentro de las fiestas patronales de Madrid, donde se extienden los puestos de entresijos y gallinejas y el escenario principal. No en vano, una de las esculturas más características de los jardines es la Violetera (o Celia Gámez vestida de chulapa). La basílica de San Francisco el Grande y su jardín de dalias son otras de las maravillas que albergan los Jardines de las Vistillas. Las increíbles puestas de sol desde las terrazas de su cima siguen estando entre las maravillas de la primavera y del verano en Madrid.
10. Monte de El Pardo
Antiguo refugio de cazadores y de militares, El Pardo es, hoy por hoy, uno de los pulmones menos explorados de la ciudad. En el extremo occidental de Fuencarral-El Pardo, a menos de 15 kilómetros del centro histórico, este inmenso mar de encinares adehesados, y salpicado por alcornoques y pinos, llamado el Monte de El Pardo es el hogar de una nutrida comunidad de jabalíes, gamos (la especialidad de los restaurantes de El Pardo), liebres y aves (es Zona Especia de Protección de Aves).
Pocos saben que este espectacular bosque mediterráneo es uno de los más importantes de Europa por su valor medioambiental. En una superficie que roza las 16 mil hectáreas, conviven 120 variedades de flora con más de 200 de especies de animales. Tan solo se pueden visitar 900 hectáreas (menos del 6% del parque). Y es ahí donde se encuentran, entre otras joyas patrimoniales, el Palacio Real de El Pardo y la Casita del Príncipe. El acceso al resto del parque está prohibido y cercado con una valla que recorre 66 kilómetros.
11. Dehesa de la Villa
Ubicado al noroeste de Madrid, en el amplio entorno de Ciudad Universitaria, este gran parque con aspecto de bosque suma 64 hectáreas de vegetación autóctona y de zonas verdes. Es otro de los grandes desconocidos de Madrid metropolitano. La Dehesa de la Villa está perfectamente acondicionada, con bancos y mesas, para hacer pícnics en familia. Se ha convertido en un refugio verde e higiénico para celebrar encuentros con amigos.
Entre sus moradores, una ingente variedad de aves que campan a sus anchas entre sus chopos, fresnos y olmos, y sobrevuelan sus miradores como el del Cerro de los Locos. Y entre sus habituales, además de los vecinos del barrio de Valdezarza, los ciclistas recorren a diario el entramado de carriles que serpentean alrededor de sus característicos arbustos, especialmente reconocibles las retamas, el romero y las jaras. La Dehesa de la Villa cuenta, además, con pistas de baloncesto y de petanca.
12. Jardines de Sabatini
Lo más representativo de estos jardines, de entre los lugares más bonitos del Madrid de los Austrias, son sus vistas a la fachada norte del Palacio Real. De hecho, están nombrados en honor al arquitecto italiano Francesco Sabatini, que participó en el diseño del monumento. Están repletos de esculturas de mármol blanco en un primer momento destinadas a decorar el palacio. Sus formas geométricas y la disposición simétrica de sus elementos refuerzan su estilo neoclásico. Todo ello contribuye a que sean considerados por muchos uno de los rincones más románticos de la ciudad.
13. Madrid Río
Crédito editorial: Brian Adamson / Flickr
Se trata de uno de los lugares de la ciudad más idóneos para hacer deporte al aire libre. Abarca un espacio de más de 10 kilómetros en el que disfrutar de numerosos carriles para correr, patinar, pasear o montar en bici. Cuenta con áreas dedicadas al disfrute de otras actividades y también para los más pequeños. Extendido por las dos riberas del Manzanares, una de sus características más destacadas son los puentes que lo atraviesan, como el Puente de Toledo, el Puente de Segovia o los gemelos de Matadero e Invernadero, entre otros.
14. Parque de Berlín
El encanto de este parque reside en que alberga un pedacito de la historia de Alemania y del mundo, ya que los bloques de hormigón que sobresalen de su fuente son auténticos trozos del muro de Berlín. Y este no es su único guiño a la capital alemana. También cuenta con un monumento al emblema de la ciudad, un oso levantado sobre sus dos patas traseras, y uno a Beethoven. Es por todo ello que podemos considerar el Parque de Berlín otro de esos lugares de Madrid que te permiten viajar a otro rincón del mundo.
15. Jardines del Campo del Moro
Detrás del Palacio Real se encuentran los jardines del Campo del Moro, uno de los jardines imprescindibles y más señoriales de la capital. Está vallado y solo tiene una entrada, y sus puertas abren de 10h a 19:30 h. No suele estar abarrotado de gente, para lo bonito que es, lo cual le suma encanto. Es uno de los parques más bucólicos de la ciudad y esconde los pabellones del siglo XIX y el Chalé de la Reina, que, aunque no se pueden visitar por dentro, son construcciones que recuerdan al norte de Europa y son poco habituales en la ciudad. También hay pavos reales sueltos y otras aves enjauladas.
16. Real Jardín Botánico
El Real Jardín Botánico forma parte del patrimonio cultural de Madrid. Se fundó hace más de 200 años en las inmediaciones del río Manzanares, y se trasladó al paseo del Prado, pleno corazón de la capital, durante el reinado de Carlos III. Desde la época de la Ilustración, este magnífico espacio verde ha llamado la atención de muchos naturalistas por sus herbarios, que tienen un gran valor internacional. Todavía hoy, se recogen en ellos colecciones adquiridas durante expediciones científicas del siglo XIX.
Este jardín abre todos los días a las 10:00 horas excepto el 1 de enero y el 25 de diciembre. Existen algunos trucos para visitarlo gratis. Eso sí: entrar cuesta 4€ la mayor parte del año. Para acceder al pabellón de exposiciones, habrá que pagar un suplemento de 2€.
17. Jardines de los Palacios de la Finca Vista Alegre
La Finca de Vista Alegre, Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, es una gran desconocida para quienes no viven en el distrito. Sin embargo, es un claro ejemplo de palacete de recreo típico del Madrid del siglo XIX. Desde 2021 se puede disfrutar de un paseo por estos jardines decimonónicos, que son los únicos que se conservan de la época de esplendor de los antiguos Carabancheles.
Este artículo ha sido escrito a ocho manos entre Isabel Nieto, Alberto del Castillo, Selene García Torreiro, Sara Morillo, y Elena Francés.