La vista que se obtiene desde el Intercambiador de Moncloa bien se podría incluir entre las estampas más icónicas de Madrid. A la izquierda el Parque del Oeste, a la derecha el Faro de Moncloa y en el medio el Arco de la Victoria, un monumento vandalizado a más no poder (repleto de grafitis que hablan de la pandemia o del amor) y en el que siempre parece que la noche anterior ha habido un botellón.
El propósito del Ayuntamiento de Madrid pasa ahora por restaurarlo, tal y como ha anunciado Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid. El Consistorio firmará un convenio con la Universidad Complutense de Madrid para restaurar el monumento.
Rivera ha apelado a un cambio de uso y a una intensificación de su valor cultural, pero no se ha profundizado mucho más en este aspecto. Lo importante, en suma, pasaría por acometer su restauración.
El diario El Debate indica lo siguiente: “la Dirección General de Patrimonio Cultural trabajará durante 2023 en la redacción de un proyecto para la conservación de dicho monumento. Para su acondicionamiento y rehabilitación se destinará un presupuesto de 1.158.234,82 euros. Las obras se llevarán a cabo durante la próxima legislatura.
La historia del edificio
El Arco conmemora la victoria del Ejército sublevado en la Guerra Civil y forma parte de un conjunto que es Bien de Interés Cultural (BIC). El motivo de su construcción ha desatado cierta polémica en momentos puntuales y de él se ha exigido su cambio de nombre e incluso su demolición.
El monumento es obra de los arquitectos Modesto López Otero y Pascual Bravo Sanfeliú. Mide 40 metros y tiene ocho plantas que fueron inauguradas en 1956.