El futuro del transporte europeo es una incógnita, pero tiene dos certezas: pasa por el tren o por lo menos no pasa por los aviones tradicionales. La prohibición de los vuelos de corto recorrido parece parte de ese futuro. Francia ya lo hizo y las agendas de algunos partidos políticos en España lo contemplan.
Ante ese escenario podría parecer extraño hablar de proyectos como Airlander 10, que sería o será la aeronave más grande del mundo. Pero lo cierto es que no es tan extraño cuando se conoce que se trata de un vehículo un 90% menos contaminante que un avión tradicional –ya que funciona con helio.
También puede parecer extraño pensar en el tamaño de Airlander 10 (91 metros de longitud: casi un campo de fútbol) y no imaginar que dará soporte a más viajeros. La aeronave daría cabida a unos 100 pasajeros –por los 189 que caben en un Boeing 737-800. Hay quien compara o imagina la experiencia como un vuelo en un crucero.
La empresa que se encuentra detrás del desarrollo de Airlander 10 es la británica Hybrid Air Vehicles y ha llegado a un acuerdo con Air Nostrum en el que se establece una compra de hasta diez aeronaves. ¿La intención? Que el primer vuelo sea en 2026.
Los trayectos que cubriría el Airlander 10 serían de corto recorrido como, por ejemplo, una distancia entre Mallorca y Barcelona.
¿Cómo es el Airlander 10?
Y es que una de las grandes ventajas de este bautizado zepelín es que necesita velocidades relativamente bajas para maniobrar y que puede aterrizar casi en cualquier sitio sin necesidad de pista de aterrizaje (incluyendo, por ejemplo, zonas portuarias).
Otra de las especificaciones técnicas es la velocidad, altamente inferior a la de los aviones tradicionales. Los ensayos hablan de una velocidad de vuelo de 130 kilómetros por hora y de una autonomía que alcanzaría los 3.700 kilómetros. Además, dado que el vuelo es más bajo de lo habitual, la cabina no necesita presurizarse.