El sutil arte de echar unas cañas y salir comido tiene su templo de lo improbable en el paseo de Santa María de la Cabeza, en el número 53. Allí, en pleno Arganzuela, sobrevive un bar regentado por chinos donde la croqueta de jamón puede salir fría pero cremosa, y donde puedes cenar casi por lo que te cuesta una pinta de IPA artesanal en Conde Duque.
El sitio se llama Bar La Amistad, y cumple con todas las condiciones que hoy parecen un recuerdo del Madrid de 2012 o que solo se ven en sitios en los que te atiborran a pan para poder decir que lo que en realidad está pasando es que te invitan a una tapa.
¿Qué tapas tienen en La Amistad?
En La Amistad tienes tapas que eliges tú desde detrás de la vitrina de cristal que se posa encima de la barra. Tienen una serie de opciones que van de lo asiático a lo castizo (gulas, albóndigas, tortilla, jamón cortado a cuchillo, noodles con verduras, arroz tres delicias, bravas, alitas), terraza gigante, y cerveza a 3,80€ que incluso sigue saliendo barato si lo comparas con esos bares del centro en los que la consumición cuesta algo más y ni siquiera incluye aperitivo.
Luego merece la pena también hablar de esa tortilla jugosa que también puedes ver en su vitrina y que fue calificada por Sergio C. Fanjul —cronista de la ciudad a quien entrevistamos hace algún tiempo— como “una de las mejores tortillas de patata que he probado en Madrid”. Lo dijo en una columna publicada en el diario El País titulada China salva al bar español.
Este bar de barrio cumple también una fantasía cada vez más escasa: la de ir sin reserva, pedir sin escanear un QR y cenar por apenas 7 euros sin despeinarse –dos personas, cuatro cervezas, cuatro tapas y una cena que ya está apañada.