
En Nueva York tienen el bagel, en París la crepe y en Madrid somos devotos del bocadillo de calamares. Tiene tantos detractores como turistas haciendo cola por comer uno en los alrededores de la plaza Mayor.
Parece que el cocido madrileño y los callos tienen más sentido dentro de la gastronomía local, son un imprescindible del invierno capitalino. Pero el origen y popularidad del bocata de calamares —en Madrid decimos más bocata que bocadillo— parece estar entre dicho. Para empezar por el tema del pescado en una ciudad tan lejana de la costa y luego por su simpleza, incluso por lo basto que puede resultar, según quien lo prepare.
Pero la comida callejera, el popular street food, nunca requiere de mucha elaboración, tiene que ser algo rápido de cocinar y de comer, y a ser posible contundente, requisitos que sin duda el bocata de calamares cumple.
1. Cervecería Plaza Mayor
No tienen pérdida, no hay que pensar mucho. Nada más sencillo que un bocata de calamares en la plaza Mayor. Son muchos los que aquí sirven la baguette con calamares a la romana y un toque de mayonesa, pero algunos son una parada obligada y la Cervecería Plaza Mayor es uno de ellos.
📍Ubicación: plaza Mayor, 2 (centro)
2. Bar Postas
En el Bar Postas la especialidad es el bocadillo de calamares. En inicio era una freiduría de pescado, pero el éxito de sus bocatas —depende de la temporada, pueden llegar a vender entre 3000 y 4000 al día— que se venden a cualquier hora del día, los llevó a ganar la fama que todavía mantienen tras más de 70 años abiertos. Además, el local es historia del cine español. Bigas Luna rodó aquí algunas escenas de Las edades de Lulú.
📍Ubicación: calle Postas, 13 (centro)
3. Apura
Apura es una sandwichería, pero con un guiño castizo. El sueño de Mario Céspedes era abrir una en Madrid como las que proliferan en su Lima natal, y lo consiguió. El bocata siempre tiene esa parte rápida, sin pretensiones, pero muy resultona que, además, funciona a cualquier hora, por eso en Apura siempre están abiertos. Entre sus bocadillos de chicharrón o de entraña podrás encontrar el de calamares en tempura con rocoto, para unir ambas culturas.
📍Ubicación: calle del Gral. Oráa, 45 (Lista)
4. La Ideal
Sin irnos muy lejos de la plaza Mayor, La ideal es otro clásico. Afirman tener un pan crujiente y calamares recién fritos, la fórmula del éxito para que el bocata cumpla las expectativas. La cantidad de calamares que suelen servir hace difícil cerrar el pan y es un local estrecho y en el que casi siempre se come de pie en la barra, pero todo esto forma parte de la experiencia de este plato típico.
📍Ubicación: calle de Botoneras, 4 (centro)
5. El Respiro
El Respiro es un bar clásico que sobrevive a la gentrificación de Chueca, y como tal tiene todo tipo de tapas gratis con la bebida y raciones. Su bocata de calamares es algo más manejable que los típicos, cosa que a veces se agradece, y los calamares son alargados en vez de redondos: más fáciles de morder. Experiencia castiza completa, aunque con su toque propio.
📍Ubicación: calle de las Infantas, 34 (Chueca)
6. El Brillante
El Brillante es una institución de la ciudad. Si llegas o te vas de Madrid desde Atocha, tienes que parar aquí, porque es un hola y adiós perfecto de Madrid. El rey de la carta es el bocata de calamares, pero casi cualquier plato frito lo tienen.
Es un lugar común del bar típico, suelos de terrazo cubiertos con las servilletas de papel sucias que tiran los clientes, cañas bien tiradas y camareros de la vieja escuela.
📍Ubicación: plaza Emperador Carlos V (Atocha)
7. Los Bocadillos
Los Bocadillos no engaña: es tan sencillo como su nombre. Hacen bocatas y tanto el pan como el relleno están bien. Teniendo en cuenta que está en Madrid, al lado de plaza de España, el de calamares no iba a faltar en la carta. Puedes comer a casi cualquier hora, es el sitio perfecto para cuando tienes prisa y quieres comer algo barato y bueno. La competencia madrileña al fast food americano.
📍Ubicación: calle del Marqués de Urquijo, 1 (Argüelles) y calle de Gaztambide, 27 (Chamberí).
8. Lhardy

Lhardy es mucho más que cocido madrileño. Su pequeña tienda de la parte de abajo vende dulces, consomé en invierno y los bocatas de calamares más finos —tanto que lo llaman bocatín—. El precio elevado se puede justificar, además de por la historia del lugar, por la mayonesa elaborada con la propia tinta del calamar y el pan esponjoso al que denominan “bombón”.
📍Ubicación: carrera de S. Jerónimo, 8 (Centro)
9. Hermanos Vinagre
Hermanos Vinagre es uno de los mejores sitios para tomar el aperitivo en Madrid. Y entre su carta de tapas clásicas no puede faltar el bocata más castizo: el de calamares. Su toque especial lleva ralladura de lima y una salsa de la que no dan más pistas. Es de tamaño pequeño, para poder seguir picando de otros platillos, y lo envuelven en un pan blando.
📍Ubicación: calle de Narváez, 58 (Retiro) y calle de Gravina, 17 (Centro)
10. Celso y Manolo

Celso y Manolo es una tasca castiza con una carta clásica con buen producto. Su bocadillo de calamares es uno de los mejores de la ciudad, lo preparan con rabas del Cantábrico rebozadas solo con harina ecológica. Estas rabas se fríen en aceite de oliva y se sirven en un pan crujiente, acompañadas de una salsa cítrica que realza su sabor.
📍Ubicación: calle de la Libertad, 1 (Centro)