Los restaurantes y bares centenarios de Madrid han sobrevivido a todas las vicisitudes históricas y cambios de la ciudad y siguen tan vigentes como cuando empezaron. La capital bate récords en este sentido, tanto es así que aquí está el restaurante más antiguo del mundo, aunque para ser justos cuando Botín abrió, en 1725, la palabra restaurante no estaba en el diccionario.
Cuando Emilio Huguenin abrió Lhardy un siglo más tarde, lo hizo con la intención de abrir el primer restaurant de Madrid. Mesas separadas, con manteles y servilletas y salones solemnes en los que hasta la reina Isabel II vendría a comer gazpacho.
1. Sobrino de Botín
Casa Botín es incombustible. Sus hornos no se han pagado desde 1725. El restaurante más antiguo del mundo, rey del Madrid de los Austrias. Solo ha cerrado durante los meses de pandemia, era la primera vez en tres siglos que el restaurante centenario no atendía a sus clientes: ni siquiera durante la Guerra Civil dejó de servir comidas.
En 1987 el libro Guinness de los Récord lo nombra el restaurante más antiguo del mundo, en el que además se menciona que Goya pudo trabajar de friegaplatos en 1765.
Calle Cuchilleros, 17
2. La casa del abuelo
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Pensar en comer gambas en Madrid es pensar en La Casa del Abuelo, donde las sirven al ajillo, con gabardina o cocidas, pero no siempre fueron su plato estrella. Las empezaron a servir en los años 40, en la posguerra y por escasez de alimentos. Cuando comenzó, en 1906, se dieron a conocer por sus rosquillas y vino dulce.
Calle de la Victoria, 12
3. Casa Ciriaco
Testigo indiscutible de la historia. Fue en este punto de la calle Mayor, en el número 84, en el que se encuentra Casa Ciriaco, donde un anarquista atentó contra los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenmberg cuando volvían de casarse en los Jerónimos e iban camino al Palacio Real. La bomba nunca les alcanzó, pero sí a la multitud que estaba viendo pasar a los monarcas, murieron 24 personas.
Además de este hecho trágico, la relevancia esta casa de comidas continúa. La intelectualidad le dio fama desde que Valle-Inclán convirtió la taberna en la Cueva de Zaratustra. Más tarde se creó una tertulia que ha estado presidida por el dibujante Antonio Mingote hasta su muerte en 2012.
Calle Mayor, 84
4. Casa Labra
Aunque actualmente el salón de Casa Labra en el que se servía comida como en un restaurante está cerrado, se puede seguir disfrutando de sus tapas de bacalao rebozado y croquetas, en el resto del local, que lleva desde 1860 inalterable. Pero esta fachada curva de la parte de atrás de la Puerta del Sol también tiene su hueco en la historia del país. Aquí el 2 de mayo de 1879 Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español.
Calle Tetuán, 12
5. Café Gijón
El gran café literario, el Café Gijón. Aquí se han sucedido tertulias de cómicos, de dramaturgos y de poetas. Parte de la Generación del 27 se reunía en este café, muy habitual era Gerardo Diego, también Federico García Lorca y por supuesto, no podrían faltar: Benito Pérez Galdós y Valle Inclán. Pero la lista es interminable y disparatada, hasta la mismísima Mata Hari se dejó ver aquí.
Paseo de Recoletos, 21
6. Bodega La Ardosa
En La Ardosa las croquetas y tortillas llevan haciendo la boca agua a su clientela desde 1892. Se denomina bodega porque su fundador, Rafael Fernández Bagena, creó la cadena para comercializar sus vinos en Madrid, ya que era propietario de la comarca vitivinícola llamada «La Ardosa» ubicada en tierras de Toledo. En 1970 fue adquirida por el carnicero Gregorio Monje, y fue su mujer quién dio a conocer sus exquisitas tortillas al ganar varios concursos.
Calle Colón, 13
7. Malacatín
El Malacatin ha sido regentado desde 1895 por la misma familia, ya van por la cuarta generación y es uno de los restaurantes y bares centenarios de Madrid imprescindibles. Su cocido madrileño lleva formando parte del menú desde que el fundador conociera a su mujer. Aunque fue una de los doce hijos de estos, quién enriqueció la receta con chorizo de León y la morcilla asturiana. Su fama continua hasta hoy en día.
Calle de la Ruda, 5
8. Lhardy
Émile Huguenin llegó a Madrid 1839 y creó Lhardy a imagen y semejanza del restaurante que estaba de moda entonces en París, Café Le Hardi. Este restaurante emblemático fue la primera casa de comidas fina, ideada para reunir en sus salones a la aristocracia de la ciudad. El marqués de Salamanca planificó aquí el barrio que llevaría su nombre, la reina se traía a sus amantes, era asiduo Primo de Rivera durante su dictadura y aquí se eligió a Alcalá Zamora, presidente de la Segunda República. Cómo diría Azorín: “No se puede concebir Madrid sin Lhardy”.
Carrera de San Jerónimo, 8
9. Taberna La Carmencita
La Carmencita, la segunda taberna más antigua de la capital, después de Casa Botín, no podía faltar en los bares centenarios de Madrid. La barra de esta taberna tiene más de 150 años y es patrimonio de la Comunidad de Madrid, es decir, no se puede tocar. Siguen sirviendo el vermut de bodega del Monsant desde 1917, que es patrimonio de la UNESCO. Pero si a eso le añadimos que sus huevos fritos son ecológicos y van acompañados de chorizo, morcilla o paletilla (o las tres cosas si vuestras arterias os lo permiten), repites seguro.
📍 Calle de la Libertad, 16
10. El Café Comercial
El Café Comercial hace tiempo que dejó de ser un simple café para convertirse en un emblema de la ciudad. Sus sofás de piel y sus mesas de mármol podrían contar más historias que cualquiera que haya pasado por allí.
Estuvo abierto ininterrumpidamente la friolera de 128 años hasta que se vio obligado a cerrar por una cuestión burocrática. Sus cristaleras se llenaron entonces de mensajes de despedida, como si se hubiera ido la mayor de las estrellas del rock, pero en marzo del 2017 volvía a la carga, reformado pero conservando su característico «glamour castizo», en palabras del Juan Luis Medina, encargado de la reforma.
Glorieta de Bilbao, 7
Como inventores de la sobremesa no es de extrañar que la historia de España se haya escrito en estos restaurantes y bares centenarios de Madrid.