Ocho días después de una ola de calor y una noche de protestas por la tala de árboles que se llevará a cabo en la plaza de Santa Ana, Greenpeace publica unas imágenes termográficas en las que se observa la diferencia de temperaturas entre lugares con arboledas y zonas sin vegetación en el centro de la capital.
Las cámaras de Greenpeace han registrado que el suelo de algunos puntos emblemáticos de la ciudad pueden superar los 60 grados. El 31 de julio, la acera de Callao llegaba a los 65ºC, y la de plaza Mayor, a los 63ºC. Uno de los espacios que más preocupa a la organización ecologista es Santa Ana, cuyo pavimento superó los 53ºC en zonas sin arboledas. Esta cifra se acerca a los 54,8ºC que se recogieron en la puerta del Sol, muy castigada por el efecto isla de calor en Madrid.
La naturaleza como freno a la subida de termómetros
La ONG ha medido la temperatura de ciertos espacios ajardinados, como el paseo del Prado, para estudiar el efecto de la vegetación en el clima. Las fotografías revelan que el arbolado maduro puede disminuir hasta 20ºC el calor ambiental (como ocurre en Santa Ana). También ayuda a esto la creación de nuevas zonas verdes, que reducen la sensación térmica hasta 12ºC.
Greenpeace avisa de que renaturalizar ciudades como Madrid es necesario para frenar la impactante subida de termómetros que soportamos cada verano. La organización recuerda que el Sistema de Monitorización de Mortalidad Diaria (MoMo) notificó en 2023 que España es el país donde más están aumentando las muertes por calor excesivo. Según MoMo, 2022 fue un año especialmente peligroso: 3.012 personas perdieron la vida en 28 días a causa de temperaturas extremas.