A la vista de las bulliciosas Fuencarral, Espíritu Santo y Velarde, quién iba a decir que Malasaña tenía un lado pacífico y casi pueblerino. Quién iba a añadir, además, que ese reducto del barrio lo hallarían un par de informáticos para montar una cafetería que honrara a su profesión: Coffee Code.
La iglesia Catedral del Redentor disimula muy bien que a espaldas de la calle San Mateo hay una calle que no parece de esta zona, donde ahora huele a café de especialidad y a té chai hecho con cariño. En la fachada trasera de la parroquia, Malasaña se da la vuelta, se hace pueblo y se abandona a la calma.
Un elemento indispensable, incondicional, indiscutible, que hace de la calle de la Beneficiencia un oasis malasañero improbable son las sillas al fresco. Coffee Code tiene una terraza que da gusto y que los bares de sus inmediaciones solo pueden envidiar.
El café riquísimo, puro, sin azúcares ni leches, combinado con esa conquista del espacio exterior y la amabilidad casi familiar de su equipo hacen que Madrid no parezca Madrid, y que la vida se ralentice el rato que se tarda en beber una o dos tazas.
No falta la comida, tampoco. En la pizarra, escrita en formato código, hay tostas suculentas, tartas y recetas que ponen al estómago a suplicar. Hay, también, cerveza artesana de la buena, buenísima.
Este recodo apartado y medio secreto a las faldas del Mercado de Barceló es Coffee Code. Y tiene un sabor como para quedarse a vivir.
📍 Calle de la Beneficencia, 13 (Malasaña)
🕒 De lunes a jueves de 9:00 h a 22:00 h. Viernes y sábados de 9:00 h a 1:00 h. Domingos de 10:00 h a 21:00 h.
💸 Cafés desde 2 euros. Tostas de 2,50 a 5,40 euros. Tarta de queso a 4,50 euros.
📱 Más información en su web y su Instagram.
Fotos: Coffee Code.