El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas está considerado el mejor de Europa y uno de los mejores del mundo: concretamente ocupa el puesto número 12, según la clasificación de la plataforma AirHelp. Para llevar a cabo la lista, AirHelp valora distintos aspectos del servicio a los pasajeros y pasajeras como la puntualidad, lo efectivo del sistema de reclamaciones o la calidad de las tiendas y restaurantes de los que dispone.
A esos aspectos se puede añadir otro: el diseño de la T4, ya que más allá de lo estético de ese sistema modular que hace a la terminal inmediatamente reconocible no pierde de vista que además de bello debe ser útil. Y lo es hasta en detalles mínimos, aunque a veces incluso pasen desapercibidos entre los propios viajeros y viajeras.
El detalle al que nos referimos está relacionado con las icónicas columnas de la T4. Lo más probable es que al pensar en ellas la imagen que acuda a la mente sea la de los pilares de color amarillo, pero no son así en toda la terminal: tanto las columnas de la T4 de Barajas como las de su terminal satélite (la T4S) siguen un intuitivo sistema de colores que permite localizar con facilidad la puerta de embarque de los vuelos.
El sistema de colores de las columnas de la T4
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El funcionamiento de dicho sistema es sencillo. A las distintas letras de las puertas de embarque les corresponde un color, que es el que aparece en la señalética del aeropuerto: de esta forma a las puertas J les corresponde el color amarillo, a las K el azul, a las H el rojo… Y para que lxs pasajerxs puedan orientarse rápidamente independientemente de dónde estén, las columnas adoptan el color de la puerta correspondiente.
Es decir: en la zona de las puertas J las columnas son de color amarillo, según te aproximas a las puertas K se van tiñendo de azul y, si por el contrario, vas hacia las puertas H, se van volviendo gradualmente de color rojo. Así, de un simple vistazo, puedes saber en qué zona te encuentras y hacia dónde dirigirte para encontrar tu vuelo.