Tras el anuncio en 2021 de la construcción de un carril bici de 13km en la Castellana, este miércoles, 30 de marzo, comienzan la primera etapa de sus obras. El tramo inicial es el que discurre entre Plaza Castilla y Nuevos Ministerios. Se trata del más largo, con una longitud de aproximadamente 2,2 kilómetros y una sección transversal media de 2 metros. Contará con dos carriles bici unidireccionales, situados entre cada bulevar y la vía lateral. Se prevé que en marzo del 2023, tras doce meses de trabajos, estén listos para su uso 4,25 kilómetros de vía ciclista unidireccional.
Después de esta primera etapa, se acometerá la construcción del resto del proyecto, que consta de otros cinco tramos. El resto de los ejes serán: 500 metros entre Raimundo Fernández Villaverde y la plaza de San Juan de la Cruz, 800 metros entre esta y la glorieta de Emilio Castelar, 1 kilómetro desde Emilio Castelar hasta la plaza de Colón, 800 metros entre Colón y la plaza de Cibeles y 1,3 kilómetros entre esta y la glorieta del Emperador Carlos V en Atocha. En total, el carril resultante tendrá 13 kilómetros unidireccionales, 6,5 en cada una de las direcciones. Este permitirá completar un recorrido continuo y segregado en bici desde Plaza Castilla hasta Atocha.
Las modificaciones en el tráfico y el entorno
Aunque estaba previsto que las obras del primer tramo empezasen el pasado mes de diciembre, será esta semana cuando se inicien los primeros trabajos. Según adelantó el 20minutos, estos no acarrearán cortes de tráfico. Dado que se trata de una reordenación de la banda de aparcamiento, no afectará ni al bulevar ni a los carriles bus y la vía central. La pretensión es que tenga el mínimo impacto sobre el diseño y el tráfico actuales. De hecho, se mantendrán el mismo número de carriles existentes. Las únicas dos excepciones serán en el lateral oeste de la Plaza Castilla y en la zona de túneles de Azca, que si precisarán de modificaciones viarias.
Para la instalación del carril, que transcurrirá mayoritariamente por el bulevar, se requerirá de la reubicación de las bandas y del estacionamiento. Ello conllevará la eliminación de 134 plazas de aparcamiento, ante lo que el Ayuntamiento propone aparcar en batería. La vía ciclista quedará separada de los peatones y los coches por una banda de arbustos, una solución sostenible para su integración en el entorno.