Perder algo es, con diferencia, una de las cosas que más me obsesionan en el mundo. No hablo del afán capitalista por acumular. Hablo de las cosas importantes que unx quiere conservar: si guardar es una forma de recordar, pienso, entonces perder es una forma de olvidar. Y aquí viene lo terrible: perder –olvidar– es inevitable.
La poeta Elizabeth Bishop lo sabía y escribió sobre ello en Un arte –disponible en inglés aquí–, que empieza de la siguiente manera:
«El arte de perder se domina fácilmente; / tantas cosas parecen decididas a extraviarse / que su pérdida no es ningún desastre. / Pierde algo cada día. Acepta la angustia de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano. / El arte de perder se domina fácilmente.»
El de las llaves perdidas es un clásico entre los objetos perdidos, incluidos los de los autobuses de la flota de la EMT, donde están más que habituados a la pérdida como un fenómeno cotidiano. Solo entre finales de julio de 2023 y principios de febrero de 2024 han registrado 932 objetos, lo que habla de un ritmo de pérdida medio* de casi 144 objetos al mes, unos 34 a la semana y cerca de cinco al día.
La sorprendente lista de objetos encontrados de la EMT
Que alguien pierda algo implica, casi siempre, que otro alguien lo encuentre. Y por eso los objetos extraviados en los autobuses de la flota de la EMT pasan a integrar no una lista de objetos perdidos, sino una de objetos encontrados –se puede consultar en este enlace y se actualiza diariamente–.
Entre esos objetos encontrados hay cosas tan cotidianas y esperables como la tarjeta transporte (lo más extraviado con diferencia seguido de bolsas y mochilas, como muestra el gráfico). Pero a esos se suman otros sorprendentes que, aunque tengan una frecuencia mínima, salpican de interés los datos y hacen que te preguntes cómo es posible que hayan llegado allí o que alguien se los haya podido olvidar.
En esa categoría encajan, por ejemplo, cosas tan locas como un carro de compra, un piano portátil, un calefactor, un ventilador, una correa de perro, un bastón, un monopatín, dinero, un reloj o una radio. Pero la lista podría seguir con un móvil, un cargador, una raqueta, una esterilla, un neceser, medicinas, un audífono y ropa de abrigo.
También hay casos singulares –en toda la polisemia de la palabra– cuando aparecen objetos sin su correspondiente pareja, como es el caso de un (1) guante, una sola zapatilla o un solitario auricular. O cuando la somera descripción del objeto en la lista invita a la especulación: en el periodo de tiempo consultado se encontraron «una máquina» y «una esfera».
¿Qué hacer en caso de perder algo en el autobús?
En caso de perder algo en alguno de los autobuses de la flota de la EMT, se puede reclamar en las oficinas centrales de calle Cerro de la Plata, 4 de lunes a viernes en horario de 8h a 14h. También hay dos números de atención telefónica:
- Número gratuito: 900 878 331
- Número operativo de 7h a 21h todos los días de la semana: 914 06 88 10
Para localizar más rápidamente el objeto que se ha extraviado, es necesario aportar una descripción del mismo, día y hora en que se perdió, en qué línea de autobús y número o matrícula del vehículo (si se conoce alguno de esos dos datos).
Los objetos encontrados permanecen en las oficinas de la EMT entre tres y cuatro semanas, y una vez que transcurre ese plazo se trasladan a la Oficina de Objetos Perdidos del Ayuntamiento de Madrid (paseo del Molino, 7). Su número de contacto es 915 27 95 90.
_______________________
*Metodología
Para obtener estos datos se ha analizado la lista Relación de objetos encontrados publicada en la web de la EMT.
Se ha tenido en cuenta el número de objetos perdidos (y encontrados) entre el 25 de julio de 2023 y el 4 de febrero de 2024, ambos inclusive, antes de que tuviera lugar la primera actualización de inventario el 5 de febrero de 2024.
Para calcular el ritmo medio de pérdida mensual, semanal y diario se ha redondeando el resultado a dos decimales y se ha presentando la cifra final en números enteros.