El gin-tonic se está volviendo mainstream, es hora de asumirlo. Es la opción que triunfa al pedirse una copa, como si el calimocho o el vodka-limón nunca hubieran existido. Antes, si alguien se lo pedía le acusaban de “carca”, era el hazmereír del grupo. Ahora, raro es el que quiere un ron-cola o un Malibú con piña.
Las “gintonerías” y servir este combinado en todas partes están a la orden del día. Reconozco que antes no me gustaban los gin-tonics, me sabían raro. Aun así investigué y descubrí que en la mayoría de los sitios los sirven mal y nadie parece darse cuenta. Más de una vez me reí de algún amigo con actitud de “mira qué trendy soy” mientras se ventila la bebida en su copa de tubo cuando en realidad, se sirve en copa de balón.
Lo de los vasos parece una tontería pero afecta a la calidad de lo que bebes. Esto lo aprendí de un amigo sibarita que me dijo que la próxima vez que quedase con “amantes del gin-tonic” de pega, les llevara al Vino Premier, donde se los pondrían como es debido. Con ese nombre lo primero que me alarmó fue el precio, ya se sabe que todo lo que contiene “gastro”, “premier”, “vintage” o “gourmet” suena a sablazo. Me calmó diciéndome que en Fever había una oferta por la que por una módica inversión, podía callar más de una boca.
Lo único que tienes que hacer es descargarte la app Fever y hacer clic en esta oferta, con la que podrás disfrutar del mejor combinado que vas a tomar en mucho tiempo al mismo precio que en cualquier bareto. Ah, por cierto, descubrí que la cuestión no era que no me gustaran los gin-tonics, sino que al parecer también soy sibarita y solo aguanto los que sirven de la forma adecuada y con ginebra y tónica de calidad, no del súper aunque bueno, así cualquiera ¿No?