La Gran vía es un icono de Madrid, pero uno relativamente reciente. En 1910 comenzaron las obras inauguradas con piquete de plata en mano por Alfonso XIII. La idea era crear una gran avenida comercial y lujosa que acercara la capital al siglo XX.
Tras la estética que se imponía en Estados Unidos con la corriente City Beautiful Moment, o la reconstrucción casi completa de París por Haussmann, Madrid había iniciado su transformación con la Puerta del Sol —que llevaba de obras casi todo el siglo XIX y prácticamente nunca han parado— y se estaban creando nuevas zonas residenciales más acomodadas como el barrio Salamanca.
En este guirigay urbanístico hubo varias propuestas –como el Proyecto Velasco, sobre el que se decidió el trazado final. Luego se tardó 20 años en finalizar las obras, pero para una explicación más gráfica, la del artista y experto en estudios urbanos Erik Harley:
Qué hacer en Gran Vía
Librería Pérez Galdós
Quizás, una de las puertas más fotografiadas de Madrid. Al menos, debería serlo. Cuando salimos del caos de Gran Vía por la calle Hortaleza, hay un recodo de paz y silencio, solo roto por el murmullo de los paseantes que caminan por delante de esta puerta siempre abierta. En la librería Pérez Galdós los tomos llegan hasta el techo, se acumulan en pilas imposibles y se resguardan en vitrinas aquellos más antiguos y delicados. Es el mejor lugar para encontrar rarezas (o para pedirlas).
La librería lleva el apellido del literato Benito Pérez Galdós por una razón: en 1942, sus descendientes abrieron las puertas de este almacén para bibliófilos y, a día de hoy, siguen encontrando esos libros agotados o tan difíciles de encontrar en el mercado. Tienen otra sede en la calle Sagasta, 7 (El Galeón).
Calle de Hortaleza, 5
Sala Alcalá 31
Esta sala de arte –ubicada en un edificio diseñado por Antonio Palacios para acoger el Banco Mercantil e Industrial– es uno de los espacios de exposiciones de acceso libre y gratuito gestionados por la Comunidad de Madrid, junto a otros como la Sala Canal Isabel II y la Sala Arte Joven.
En 2002 el edificio se inauguró como sala de exposiciones centrada en arte contemporáneo, exposiciones individuales y colectivas de artistas de media carrera o revisiones de la trayectoria de otros consolidados. También, coincidiendo con la Feria ArcoMadrid, se presentan colecciones de arte de Latinoamérica.
Calle Alcalá, 31
Musicales
Además de por ser una de las zonas comerciales más importantes de la capital o de ser una de las arterias más fotografiadas de la ciudad, en el eje de Gran Vía se concentran varios teatros que nutren su programación con algunos de los musicales que más han triunfado en los últimos años y le han otorgado el título del Broadway madrileño.
Sin duda el primero en acudir a la mente es El Rey León, que sigue siendo un auténtico reclamo para el público años después de su estreno.
Varias localizaciones
Casita-Museo del Ratón Pérez
Este singular museo abrió sus puertas en el año 2008 en el edificio en el que, tal y como narra el cuento de Luis Coloma, vive uno de los roedores más famosos en todo el mundo en una caja de galletas Huntley.
Para poder conocer más de cerca la historia, la casa, algunas curiosidades y todo lo que rodea a la figura del Ratón Pérez se puede gestionar la visita a este museo de forma presencial o reservar las entradas con antelación a través de WhatsApp (algo que recomiendan, dado lo pequeño del espacio) en este número: 634742768. Las entradas tienen un precio de 5 euros y los menores de 2 años entran gratis.
Calle del Arenal, 8
Qué ver en Gran Vía
Templete
En las muchas reformas que ha sufrido el centro de Madrid, se han perdido algunos símbolos que solo tiempo después han sido reconocidos como tal. El templete de la salida de la para de Metro de Gran Vía, diseñado por Antonio Palacios en 1920, se mantuvo hasta 1970. Una vez retirada fue donada al pueblo natal del arquitecto, O’Porriño en Pontevedra, donde continua en pésimas condiciones. En 2021 se inauguró la réplica, que no está dispuesta como el original.
Gran Vía con Montera
Edificio Telefónica
Al edificio Telefónica se le conoce como el primer rascacielos de Madrid, aunque en A Coruña se había construido ya uno cuatro años antes, en 1922, también con influencia de la Escuela de Chicago. Desde el principio albergó la Compañía Telefónica Nacional de España que le encarga el proyecto al recién titulado arquitecto: Ignacio Cárdenas. Previamente le habían enviado a Estados Unidos trabajar a las órdenes de Louis S. Weeks, experto en el diseño de edificios de telefonía. Más tarde, en la ampliación de que sufrió el edificio en los años 50, no contaron con él porque estaba exiliado en París.
Más allá de la importancia arquitectónica del edificio, las telefonistas que trabajaron en él marcaron el inicio de la independencia económica para la mujer en España. Siempre muy limitado porque tenían que abandonar su puesto una vez se casaran.
Calle Gran Vía, 28
Dónde comer y beber en Gran Vía
Sichuan Kitchen
Amantes de la cocina picante, la zona de la Gran Vía es vuestro hogar. En el caso de Sichuan Kitchen (muy cerquita de plaza de España) abrió hace unos años tras haber roto los esquemas (y las lenguas) de los vecinos de Usera. Ahora, en esta nueva ubicación, siguen manteniendo calidad, precios y adeptos. Imprescindible el wan tun picante, la ternera seca con la salsa especial (picante, por supuesto) o los tallarines Chong Qing.
Calle Maestro Guerrero, 4
Restaurante de Sichuan
Un ya clásico de la cocina asiática en nuestra ciudad en el que compartir diversos platos por un precio irresistible. Recomendamos la lubina Douban, la lágrima de cerdo ibérico salteada picante y, para amantes de la casquería, Fu-Qi-Fei-Pian, carne de ternera con callos y lengua bovina.
Calle Caballero de Gracia, 8
Filete
El videoclip más polémico de Samantha Hudson se grabó en el interior de este bar en el que los filetes rusos son religión. También las patatas al cabrales y las cañas sin fin. En el salón tras la barra, suele haber exposiciones y alguna que otra presentación. Pero lo divertido siempre ocurre cuando, codo en barra, las conversaciones se convierten en brindis. El Filete es el lugar perfecto para empezar… lo que sea que vayas a empezar.
Calle San Bernardino, 15.
Bar Cock
Algo del glamour de los años 20 todavía se palpa en esta coctelería. Por aquí ha pasado la flor y nata de cada generación desde que se abrió: Dominguín, Mihura, Almodóvar, Dalí, Audrey Hepburn, Ava Gardner, Frank Sinatra, Harrison Ford… Sus fundadores fueron dos grandes precursores de la noche madrileña: Emilio Saracho y Perico Chicote. La imponente chimenea y los altísimos techos de este templo casi anacrónico y de aire británico continúan atrayendo a lo más vario pinto de la ciudad y mantiene la calidad de sus cócteles.
Calle de la Reina, 16
Sky44
¿Es un restaurante? ¿Es un mirador? Es Sky44. Su nombre no engaña. Se trata de una terraza perfecta para ver el cielo de Madrid mientras tomas un cóctel o pruebas un abundante brunch. Con vistas a la plaza de Callao, la inmensidad de la capital se rinde a los pies de este rooftop que, a pesar de la impresionante panorámica que ofrece sin necesidad de pagar entrada, es bastante desconocido: para subir hay que acceder a un edificio que poco tiene que ver con lo que se encuentra en la cima.
Calle Gran Vía, 44.
El nuevo Winnie de Pooh
El éxito de su hermano gemelo, ‘el Winnie’ de plaza de España, ha hecho que el Restaurante Xiongzai llegue a las inmediaciones de Gran Vía. Su amplia carta está repleta de platos de auténtica comida china como sopas, pinchos, baos y jiaozi y casi ninguno supera los 4 o 5€. Además, tiene opciones vegetarianas y veganas tan ricas o más que las originales.
Calle de la Salud, 8.
A Ri Rang
Si hay una fórmula de éxito para un restaurante, seguro que tiene que pasar por un concepto: cantidad y calidad a buen precio. Y A Ri Rang, que es un buffet libre coreano, cumple con esas premisas. En el medio de la mesa tienes una plancha y delante de ti una hoja en la que apuntas los platos que quieres (desde ternera con sésamo hasta calamar marinado con salsa coreana). Una vez que pides, eres tú quien se cocina cada cosa. Además, tienen otros platos típicos de la comida coreana: desde fermentados hasta bibimbap.
Calle de la Bola, 12.
Next Level Arcade Bar
Next Level Arcade Bar es uno de esos reductos de un Madrid que no existe. El uso de las máquinas de arcade de este local de apariencia clandestina –está en un sótano– es ilimitado. Es decir, tú te pides cualquier cosa en la barra, coges un taburete, te pones delante de una de las máquinas y se desata un torrente nostálgico. Y juegas hasta que quieras o hasta que sientas que la persona que espera para jugar lleva mucho tiempo esperando.
Calle de Tudescos, 4.
Museo Chicote
La denominación de museo resulta especialmente ajustada para definir qué es Museo Chicote: un trocito de la historia de Madrid. No podía ser de otra forma al tratarse de la primera coctelería que abrió en España, en el año 1931.
Por su icónica puerta giratoria han desfilado personalidades nacionales e internacionales: Ava Gardner, Rita Hayworth, Sofia Loren, Cayetana Guillén Cuervo o Alaska son solo algunas de las que han visitado este icónico rincón art decó de la ciudad y que hoy le ponen nombre a algunos de sus combinados.
Gran Vía, 12
Este artículo ha sido escrito a ocho manos por Alberto del Castillo, María F. Carballo, Miguel Sánchez, Isabel Nieto , y Elena Francés.