Schweppes, Capitol… Son varios los sobrenombres por los que se designa a uno de los edificios más conocidos de la Gran Vía madrileña, aunque su denominación oficial –si es que se puede considerar más oficial la que se le otorga originalmente que la que se acaba instalando en el imaginario popular– es la del Edificio Carrión.
Cualquiera que haya paseado por la Gran Vía habrá comprobado que hay una estampa atemporal que se repite en cualquier momento del año: la de viandantes haciéndose fotografías con él de fondo y, por supuesto, la de quienes se detienen a fotografiar el icónico cartel de neón que bien le ha procurado una de sus denominaciones y también parte de su identidad: ya no solo al propio edificio, sino también al paisaje urbano de Madrid.
Por todo ello esta construcción de 1933 está habituada a ser protagonista y objeto de todas las miradas, pero estos días lo está siendo especialmente a raíz de un debate surgido por una sencilla pregunta que un usuario lanzaba en Twitter: «¿Algo más bonito que esto?».
¿algo más bonito que esto? pic.twitter.com/JfHA9HmmWA
— SAN ALEJANDRO (@san___alejandro) February 11, 2022
Esta publicación ha generado una gran oleada de respuestas –para ser exactos, en el momento en que se escribe este artículo el tuit se ha citado más de 7.400 veces y supera los 10.000 favs– y, la mayoría de ellas, han respondido con sorna, cuestionando el gusto estético de los madrileños y madrileñas.
https://twitter.com/JoseMpelucas/status/1492468162364854272?s=20&t=Ehhm524gR1gaYPTxgifeaQ
RT para enamorar a un madrileño😍 pic.twitter.com/oOaKBkYsPt
— Guillastroso (@Guillastroso) February 12, 2022
Imagina viajar al siglo XIX para matar a Jacob Schweppe y así acabar con la identidad de los madrileños https://t.co/afquwHNuvh
— PutoMikel (@PutoMikel) February 12, 2022
Cualquier pueblo de Cuenca pero Roma ni tan mal tampoco https://t.co/8IpZGpVgy6 pic.twitter.com/csnVwCAYti
— Sonia (@soniaa_fierrez) February 13, 2022
¿algo más bonito que esto? https://t.co/3lkFYzEj76 pic.twitter.com/LEe03f3Kct
— nico (@NicoMuriiel) February 13, 2022
Más allá del meme
Aunque la tónica general ha sido la de llevar las respuestas hacia el meme, también ha habido otro tipo de reacciones a la publicación en la línea de la reivindicación del valor arquitectónico del edificio. Entre ellos, se han pronunciado el arquitecto David García-Asenjo o Javier Rubio, con hilos en los que explican el porqué de la importancia de esta construcción tan icónica.
Hoy parece que toca defender el edificio Carrión, alias Capitol, alias el del cartel de Schweppes.
Es una joya de la primera arquitectura contemporánea española, en muchos aspectos. Y sigue igual de moderno que cuando se construyó. pic.twitter.com/HgwTFCJmYV— David García-Asenjo (@dgllana) February 12, 2022
Por si alguien duda de su indiscutible belleza, voy a intentar explicar el porqué de la importancia del Edificio Carrión.
Un HITO urbano, terriblemente MODERNO, que desde 1933!, domina una de las grandes operaciones urbanísticas del siglo XX madrileño, la Gran Vía.
Abro hilo!👇 pic.twitter.com/0XItFiawjU
— Javi Rubio (@javierubioo) February 13, 2022
Edificios hermanos (dentro y fuera de España)
Una de las características que ha convertido a este edificio en un icono ha sido su peculiar forma de cuña, una particularidad que se puede encontrar en otros edificios repartidos ya no solo por la geografía española, sino también por otros puntos del mapa.
Uno de ellos se puede localizar en Valencia: en la calle Pintor Sorolla 2 y 4 se ubica el Banco de Valencia, un edificio histórico construido entre 1936 y 1942 en cuya proyección participaron los arquitectos Javier Goerlich Lleó, Antonio Gómez Davó, Vicente Traver Tomás y Francisco Almenar Quinzá. Según la web Arquitectos de Valencia, se trata del edificio «más significativo del neobarroco regionalista valenciano».
En Andalucía también podemos encontrar otro ejemplo, que se corresponde con La Adriática (avenida de la Constitución, 2), una construcción de estilo neomudéjar levantado entre los años 1914 y 1922 por el arquitecto José Espiau, responsable de algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Finalmente, y ampliando el campo de búsqueda fuera de España, el Flatiron Building en Nueva York es la muestra más extrema de esta forma constructiva. Como decíamos al principio, en ocasiones poco importa la denominación oficial de una construcción –en este caso, Edificio Fuller–, ya que hoy en día se le conoce como Flatiron Building: el nombre (flat iron) hace referencia a su forma, que recuerda a la de una plancha.
Es una obra de 1902 del arquitecto David H. Burnham, perteneciente a la escuela de Chicago, y también a ese grupo de arquitectos que no pudieron ver acabada su obra: falleció dos años antes de su finalización.