Existe un concepto llamado «suspensión de la incredulidad», que se refiere a la decisión que toma el espectador de dejar a un lado el sentido crítico para aceptar algo como verdadero, por inverosímil que esto sea. En otras palabras: sabemos que los vampiros no existen, pero cuando vemos una película como Crepúsculo o una serie como Buffy Cazavampiros suspendemos nuestra incredulidad para sumergirnos en la historia y creer, por un momento, como uno de los grafitis más célebres de Internet, que vanpiro esiten. Y esto ocurre en el cine, en el teatro, en la literatura y, también, en la fotografía.
En la era en la que vivimos, en la que ya no solo el retoque y la edición fotográfica sino también la Inteligencia Artificial consiguen engañar al ojo y crear imágenes ficticias que podrían pasar por reales, a veces –cada vez con más frecuencia– es difícil distinguir si hay truco o no.
Ese es el debate que se ha vuelto a plantear hace apenas unos días en X –antes Twitter– en torno a una fotografía de José Alberto Real Gayo en la que se pueden ver las Cuatro Torres de Madrid desde Toledo. La instantánea, que tiene unos años, ya generó sospechas en su momento en algunxs usuarixs de la red social y, como si de un día de la marmota se tratase, vuelve a aflorar ahora la misma pregunta.
Y aunque esta imagen de Madrid vista desde Toledo pudiera parecer irreal, como algunxs señalan citando el tuit, en este caso no hace falta suspender la incredulidad para tomarla por verdadera: lo es.
Para demostrarlo su autor, el abogado y fotógrafo José Alberto Real Gayo, explicó en su momento en detalle cómo había logrado capturar esta espectacular imagen.
Madrid vista desde Toledo: así se hizo la foto
En una entrevista en la página Leyendas de Toledo, Real Gayo contó cómo había capturado la fotografía. Y aludió a tres factores como determinantes: la lente, la ubicación y las condiciones atmosféricas.
En primer lugar, la lente que utilizó fue un teleobjetivo de 600 mm: «Los teleobjetivos producen una distorsión de la perspectiva, por lo que los objetos más lejanos parecen proporcionalmente más grandes que los más próximos», explicó el autor en la entrevista a dicha página.
También es importante la ubicación elegida. En este caso, el fotógrafo eligió una localización entre Cobisa y Argés, dentro del término municipal de Toledo, y que tomó la instantánea a una distancia de 4,5 km de la catedral de Toledo y a 77,7 km de las Cuatro Torres de Madrid.
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Finalmente, apuntó que otro factor importante fueron las condiciones atmosféricas, que influyen enormemente en la visibilidad: «Imprescindible ausencia de contaminación, nieblas y humos, por eso lo ideal es justo después de haber llovido que es cuando mayor visibilidad hay».
Además de a la fotografía, Real Gayo también se dedica al vídeo. En su web se puede ver una galería con sus trabajos, que incluyen desde bodegones, paisajes o retratos hasta fotografía subacuática.
Una polémica parecida a esta la protagonizó hace unos años una fotografía tomada por Domingo Pestana, en la que se podían observar las Cuatro Torres de la capital desde Alcalá de Henares.