Alarma en el móvil y la web de reservas abierta minutos antes de la apertura del plazo de inscripción. Hasta ahora la única manera de visitar el frontón Beti Jai era –casi– un tipo de deporte en sí mismo: ser de los más rápidos en conseguir entrada para las visitas guiadas gratuitas de eventos como Pasea Madrid, la Semana de la Arquitectura, Open House o Madrid Otra Mirada.
Esa situación, sin embargo, va camino de cambiar: el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado inicialmente este jueves un nuevo Plan Especial para abrir el frontón Beti Jai a la ciudadanía. Con él se pretende «poner en valor este edificio singular y permitir que, definitivamente, entre en funcionamiento y lo disfruten los ciudadanos al ofrecer mayor flexibilidad de usos», ha dicho la portavoz del Consistorio madrileño, Inmaculada Sanz.
Este emblemático edificio, ubicado en el número 7 de la calle del Marqués de Riscal, fue el primer frontón de España y se inauguró en 1894 bajo el nombre de Beti Jai, que se traduce del euskera como «Siempre alegre» (o «Siempre fiesta», de manera literal). A lo largo de su historia, además de para el fin para el que fue construido, se ha empleado para usos muy diversos: desde una cárcel a un centro de ensayos de aeronáutica, pasando por un taller mecánico o una comisaría.
Con la aprobación de este Plan Especial, elaborado desde el Área de Desarrollo Urbano, este edificio de titularidad municipal incorporará como usos alternativos el cultural y el educativo, además del deportivo con el que cuenta en la actualidad.
El futuro del frontón Beti Jai
Actualmente el edificio se encuentra en desuso «debido en gran parte a las limitaciones que acarrea su condición exclusiva como uso dotacional deportivo», sostiene el Ayuntamiento. Es por eso que el nuevo plan –el anterior se presentó en 2017 pero fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia– tiene el objetivo de ampliar dichos usos y que los 4.579,94 m² de superficie construida del edificio se pongan «al servicio de la ciudad».
Por otro lado, el edificio fue declarado Monumento Nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 2011, por lo que para la puesta en marcha de los nuevos usos alternativos se permiten algunas modificaciones siempre y cuando no afecten «a los valores que motivaron la declaración del inmueble como BIC». En esa línea, el informe del Ayuntamiento plantea la posibilidad de cubrir el patio y la cancha con una cubierta «traslúcida, ligera y disociada de la edificación».
Después de esta aprobación inicial del proyecto, el Plan Especial para el Beti Jai pasará por un periodo de información pública antes de su aprobación definitiva. Un hecho que de producirse abrirá este singular edificio al uso y disfrute de la ciudadanía para que pueda participar, definitiva y permanentemente, de esa alegría o fiesta que le da nombre.